La Sala de Prensa del Vaticano anunció este 28 de abril las renuncias de Mons. Parrilla y de Mons. Nieves, que como coadjutor debía reemplazar al obispo renunciante, siguiendo la costumbre de la Iglesia.
La Santa Sede también informó que Mons. José Bolívar de Piedra Aguirre, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Cuenca, asumirá como Administrador Apostólico de Riobamba.
Según diferentes medios de prensa, entre ellos Associated Press (AP), el Papa había destituido “al liderazgo de la diócesis ecuatoriana en medio de quejas” y en respuesta “a los informes de mal gobierno y fallas morales”.
La noticia, rebotada por varios medios, tomó como fuente la columna de opinión de la misionera española Julia Serrano, que en enero del 2021 criticó el gobierno pastoral de Mons. Parrilla y cuestionó la “transparencia” y “calidad moral” de Mons. Nieves, quien sería su sucesor.
Serrano acusó al gobierno pastoral de Mons. Parrilla de tener una “tarifario para Misas y sacramentos”, y que “no se le propone al laico ningún puesto de responsabilidad ni de decisión”.
“Riobamba se ha convertido en una diócesis pagana inundada de bendiciones y entregada a la compra venta de servicios pastorales. Le ha vendido su alma al proselitismo de la religiosidad popular en lugar de evangelizarla”, acusó la misionera.
Serrano también dijo que Mons. Parrilla era “soberbio”, falto de “coherencia”, y que no era transparente respecto a los bienes de la diócesis. Sobre Mons. Nieves, agregó que era “cómplice” del obispo y prófugo de la justicia.
Además acusó a Mons. Parrilla y a Mons. Nieves de no actuar ante una supuesta “homosexualidad en la iglesia de Riobamba” y de “sacerdotes con hijos en la diócesis”.
En un comunicado emitido este 28 de abril titulado “Desmintiendo falsedades”, la CEE rechazó que las renuncias de Mons. Parrilla y Mons. Nieves fueran por corrupción. Indicó que el Obispo de Riobamba dejó el cargo por motivos de salud y por haber llegado a los 75 años, edad límite establecida por el Código de Derecho Canónico, y que el coadjutor renunció por razones personales.
La CEE señaló que el 25 de marzo Mons. Parrilla “presentó al Papa Francisco su renuncia por límite de edad y por problemas de salud pidiendo su aceptación inmediata. Aceptar una renuncia prevista por el derecho eclesiástico no es una destitución”.
“Esta noticia oficial de la Iglesia deja sin fundamento los falsos rumores que tan solo buscan desprestigiar una acción pastoral, desempeñada con una dedicación incansable a los más empobrecidos, a través de Cáritas nacional y local, y con una inteligencia que desarma las posiciones ideológicas de quiénes se han erigido en jueces de virtud y maestros de verdad”, añadió.
“La credibilidad y coherencia evangélica de Mons. Julio Parrilla le han hecho acreedor a la amistad, aprecio y admiración de muchísimas personas en nuestro país, especialmente de todos sus hermanos obispos”, resaltó la CEE.
Sobre el Obispo Coadjutor, Mons. Gerardo Nieves, los obispos aseguraron que su renuncia “se debe a razones personales que nadie tiene el derecho de poner en tela de juicio, ya que toca lo más sagrado de cada persona como es su libertad y su responsabilidad”.
Una fuente que pidió el anonimato afirmó a ACI Prensa que la renuncia de Mons. Nieves no se debió a un tema moral, sino personal. También señaló que la misionera Serrano no cumple ninguna función eclesial actualmente en la diócesis y que las acusaciones solo quieren “hacer daño”.
La fuente precisó que las críticas contra Mons. Nieves empezaron cuando en octubre de 2020 fue nombrado coadjutor, pero que previamente no se había hecho ninguna acusación.
En una carta del 19 de febrero de 2021, Mons. Parrilla se solidarizó con Mons. Nieves y respetó su decisión de renunciar como obispo coadjutor, renovando su “fraterna amistad” y “comprensión”.
“Cuando una decisión sale de tan adentro solo cabe respetar, orar y confiar en Dios. Parece paradójico que esta decisión llegue en este momento, cuando se publica una carta de gratitud y apoyo a la persona del P. Gerardo Nieves y a la mía, por parte de 500 personas representativas de los distintos ámbitos de nuestra Iglesia. A pesar de ello, y de tantas palabras de aliento, creo que el dolor, extendido también sobre su familia, ha ido ganando terreno en el corazón de nuestro hermano”, señaló Mons. Parrilla, en referencia a una carta abierta de apoyo firmada por cientos de fieles de la Diócesis de Riobamba.
El Obispo dijo que “en cuanto a lo escrito por algunas personas, no me imagino a Jesús sonriendo y aprobando que haya alguien capaz de repartir credenciales del Reino… Más bien, en mi conciencia resuenan las palabras del señor: ‘Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa’”.
En su comunicado del 28 de abril, en el que los obispos de Ecuador rechazaron las acusaciones, señalaron que “si no somos capaces de discernir entre los hechos objetivos y los prejuicios ideológicos, entre la verdad y las interpretaciones personales, estamos muy lejos del Evangelio que debe guiarnos a todos”.
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