La muerte de Nadia De Munari, de nacionalidad italiana, sucedió en Chimbote y desde la propia diócesis se condenó el hecho. Al mismo tiempo se confía que la investigación policial pueda develar los detalles del crimen
Nadia de Munari tenía 50 años y su vida estaba dedicada al servicio social y la ayuda humanitaria en Nuevo Chimbote. De origen italiano, esta misionera laica integraba la denominación operación “Matto Grosso” y estaba radicada en Ancash desde hace varios años ayudando con la alimentación y educación de los sectores más pobres.
Sin embargo, en los últimos días sucedió un hecho totalmente inesperado y que ha llegado de congoja a Perú. Nadia sufrió, el miércoles 21 de abril un ataque con machete. Esto mientras dormía en la casa hogar “Mamma Mía”, algo que le provocó profundas heridas derivaron en su fallecimiento 48 horas después (sábado 24) en un hospital de Lima.
El medio local Diario de Chombote publica este 26 de abril que no existen evidencias de que se hayan forzados las cerraduras, hay pocas huellas homologadas, y la Policía cree que esta misionera italiana conocía a los responsables del crimen. Para esa hipótesis de que los asesinos estarían en el entorno se basan en que al verlos, si la dejaban viva, los iba a delatar.
Condena y solidaridad
En las últimas horas fueron varias las voces que hicieron referencia a este crimen. Por ejemplo, el propio obispo de la Diócesis de Chimbote, monseñor Ángel Francisco Simón Piorno, quien espera que la investigación pueda esclarecer lo sucedido.
“Yo espero que la DIRINCRI haga un buen trabajo de investigación para saber quién fue el asesino y cuál fue el móvil para destruir a una mujer cuando aún tenía 50 años de vida”, expresó el obispo en declaraciones recogidas por Diario Chimbote.
Uno de los puntos que más resultan desconcertantes, según él, es que nunca había trascendido alguna amenaza hacia la misionera.
Y también expresó lo siguiente en cuanto a los misioneros y su labor en sitios como Perú: “Este es un caso que va a tener una repercusión internacional, no se queda circunscripto a nosotros. ¿Qué dirán los europeos de España e Italia que tienen misioneros aquí?, pensarán que este es un país semisalvaje porque lo que han hecho con ella no tiene nombre”.
Por último, el obispo recordó a Nadia y su trabajo con jardines de infancia, además de su presencia en comedores de la operación Matto Grosso en los lugares más olvidados de Nuevo Chimbote.
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