Así lo indicó el Santo Padre este 30 de abril al recibir en el palacio apostólico a una delegación de la fraternidad política y de la comunidad Chemin Neuf.
“Queridos amigos, los invito a permanecer firmes en sus convicciones y en su fe. No se olviden nunca que Cristo está vivo y que los llama a caminar con valor tras Él. Con Él, sean esa llama que reaviva la esperanza en el corazón de tantos jóvenes desanimados, tristes y sin perspectivas. Ojalá generen lazos de amistad, de compartida fraterna, para un mundo mejor. El Señor cuenta con su audacia, su valor y su entusiasmo”, dijo el Papa.
En su discurso, el Santo Padre destacó a los representantes de la comunidad Chemin Neuf que realizan “un camino humano y espiritual al servicio del bien común y de los pobres especialmente, camino que realizan rechazando la miseria y trabajando por un mundo más justo y fraterno”.
Por ello, el Papa advirtió que “en la marcha desenfrenada por tener, por la carrera, por los honores o por el poder, los débiles y los pequeños son a menudo ignorados y rechazados, o considerados inútiles, todavía más, son considerados como material de descarte”.
En esta línea, el Pontífice esperó que su “compromiso y entusiasmo en el servicio a los demás, plasmado en la fuerza del Evangelio de Cristo, devuelva el gusto por la vida y la esperanza en el futuro a muchas personas, especialmente a muchos jóvenes”.
Además, el Santo Padre citó la exhortación apostólica Christus vivit para recordar que “la vocación laical es ante todo la caridad en la familia, la caridad social y la caridad política: es un compromiso concreto desde la fe para la construcción de una sociedad nueva, es vivir en medio del mundo y de la sociedad para evangelizar sus diversas instancias, para hacer crecer la paz, la convivencia, la justicia, los derechos humanos, la misericordia, y así extender el Reino de Dios en el mundo”.
“Queridos amigos, los animo a no tener miedo de recorrer los caminos de la fraternidad y de construir puentes entre las personas, entre los pueblos, en un mundo en el que se siguen construyendo tantos muros por miedo a los demás”, exhortó el Papa quien destacó también la dimensión ecuménica de Chemin Neuf.
Por último, el Santo Padre resaltó que “lo que estamos viviendo actualmente con la pandemia, nos enseña concretamente que todos estamos en el mismo barco y que solo podremos superar las dificultades si aceptamos trabajar juntos” y añadió que algunos miembros de esta fraternidad se han reunido en Roma para reflexionar sobre “la presencia de los inmigrantes y su acogida en la Europa de hoy”.
“Los encomiendo a cada uno de ustedes y sus familias, así como a los miembros de su fraternidad y a todos los jóvenes que encuentren, a la intercesión de la Virgen María y a la protección de San Ignacio. Los bendigo de corazón. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. Y que el Señor bendiga a todos y a cada uno de ustedes”, concluyó el Papa.
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