Colombia: Un reencuentro de hermanos con sabor a Dios y Chiquinquirá

Un policía halló de manera inesperada a su hermano en las calles de Bogotá tras casi 20 años de búsqueda. Lo acontecido emocionó a todos y hasta hizo recordar a la parábola del hijo pródigo

Ángel Rincón es el nombre de uno de los protagonistas que por estas horas genera lágrimas de emoción en Colombia. Se trata de un agente del Gaula de la Policía que tuvo que ser trasladado a Bogotá para apoyar operativos para hacerle frente a la inseguridad. Lo que nunca se imaginó Ángel fue que tras aquella solicitud llegaría un reencuentro que le cambiaría la vida a él como a otros integrantes de su familia.

Efectivamente, según un reportaje publicado por estas horas en Noticias Caracol, Ángel logró a encontrar a su hermano de nombre Fabio luego de casi 20 años de búsqueda. El hallazgo se dio entre la bruma y las consecuencias del consumo de drogas.

La última vez que lo habían visto a Fabio fue cuando partió desde Bucaramanga a Bogotá para realizarse un examen médico. Desde ese momento nunca regresó.

Virgen de Chiquinquirá

 “Tenía más o menos 12, 11 años, y desde esa vez no sabía nada de él. Mi mamá todos los días decía ‘se lo encomiendo a la Virgencita de Chiquinquirá’”, expresó Ángel acerca de lo que había acontecido con su hermano desaparecido y una fe que nunca se perdió.

Hace poco, continúa Caracol, una llamada fue la clave para el desenlace de la historia. Fabio encontró la manera de comunicarse desde Bogotá con otro de los hermanos con el fin de pedir dinero para arreglar una herramienta de trabajo. Luego de esto Ángel recibió la comunicación de esa llamada. Fue esto lo que le permitió en Bogotá empezar a rastrear la zona de la llamada y pedir permiso a sus superiores para salir a encontrar a su hermano.

“Lo hallé gracias a Dios”

Desde ese momento Ángel se puso en camino y en misión, algo que le implicó recorrer zonas peligrosas de Bogotá, así como conversar con gente de la calle. Luego de varias vueltas dio con la carreta que utilizaba su hermano para el reciclaje hasta que llegó el momento más esperado:  

Abrí los plásticos y lo veo ahí y le digo ‘hermano Fabio, él se queda mirándome y no me reconoce’. Me dice ‘¿usted quién es, mi hermano?’, yo le dije ‘sí, su hermanito’. Le dije que lo estaba buscando y lo hallé gracias a Dios, Dios es muy grande y lo abracé”, expresó Ángel.

 Un reencuentro con la familia y la madre

El primer paso estaba dado, luego faltaba darle continuidad al hallazgo y fue así como Ángel se puso en contacto con el resto de la familia. El propio Fabio reconoció que estaba inmerso en un infierno.

Me miraba a un espejo y a veces lloraba, me salían las lágrimas de ver que no era lo mismo que cuando me vine de la casa. Estaba aquí en las calles y no era el mismo. Uno se destruye”, contó, reproduce Noticias Caracol.

Fabio decidió mirar hacia adelante, dejar aquello que tanto le hizo sentir mal. Pero antes faltaba un escalón más: volver a ver a su madre. Para ello se preparó, escribió una carta y consiguió flores.

Quiero decirte que te quiero mucho, que perdone por tanto tiempo estar tan lejos de ti, madre querida”, fue parte de lo que escribió.

El momento del encuentro con su madre también fue emocionante. El abrazo del amor, aquel que hasta hace recordar a la parábola del hijo pródigo, se hizo realidad.

Diosito, gracias porque me lo trajo”, dijo la madre emocionada.

Fabio está en su casa recuperándose. He aquí entonces una historia que hace referencia al dolor de los desencuentros, drogas, inseguridad en Bogotá. Pero que sobre todo habla de reencuentro, fe, esperanza y perdón.

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Artículo con información en base a Noticias Caracol

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