Monseñor Fabio Duque Jaramillo, obispo de Garzón, grabó un conmovedor mensaje de fe y humildad pocos días antes de ser llamado a la Casa del Padre
En un video de menos de tres minutos este obispo colombiano, quien trabajó durante 11 años con el papa san Juan Pablo II en El Vaticano, dio un admirable ejemplo de confianza y abandono a la voluntad de Dios.
“Yo también espero poder decir ‘Señor, no prefiero ni irme ni quedarme, prefiero estar en la voluntad de Dios’, como dijo el apóstol Pablo a los filipenses”. Esta es una de las conmovedoras frases que grabó en su habitación de la Clínica del Rosario de Medellín, poco antes de ser intervenido quirúrgicamente por un carcinoma en el hígado.
Según un comunicado de la Diócesis de Garzón (municipio en el centro del país), el prelado, de 72 años, falleció este miércoles a causa de la falta de respuesta de su cuerpo a la cirugía practicada el viernes anterior y a otras complicaciones que le generó la carencia hepática.
Sin mostrar signos de temor o impaciencia, el obispo expresó la gravedad por la que atravesaba al decir que “todos necesariamente, aceptémoslo o no, tenemos que morir. Lo importante es asumir la realidad de la muerte”.
También dio gracias a Dios por darle serenidad y agregó: “No es porque no tenga conciencia de la gravedad que el momento reviste, pero sí tengo la confianza puesta en Dios de que todo salga no como yo quiero, sino como Él quiere”.
El mensaje de Duque Jaramillo desde la clínica:
“A vivir lo que prediqué”
El padre Héctor Trujillo, vicario general de la diócesis, reveló a Aleteia que monseñor Duque Jaramillo estaba tan preparado para enfrentar su partida que dejó listo todo lo relacionado con su seguro funerario. Incluso le dio instrucciones precisas de disponer sus exequias en la catedral de San Miguel Arcángel, en Garzón, donde serán enterrados sus restos.
El vicario definió al obispo como “un hombre de Dios, muy inteligente y con el don de la palabra, de gran celo apostólico y profundo amor a su ministerio, que siempre predicó la cruz, el dolor y el sufrimiento”.
Agregó que al conocer su diagnóstico de cáncer, fray Fabio le dijo que para él se había acabado el sermón sobre el dolor y le había llegado la hora “de vivir en carne propia lo predicado. A partir de ese momento, asumió la realidad con total entereza”.
Antes de pasar al quirófano conversaron y, muy sereno, le dijo: “Si el Señor quiere que regrese a Garzón, regresaré. Sino, haré la voluntad de Dios”.
cec.org.co
Ante todo, un fraile
Fabio Duque Jaramillo, quien ingreso en 1970 a la Orden de los Hermanos Menores, prefería que lo llamaran fray. “Yo siempre me presento ante los hermanos diciendo que por chiripa (casualidad) soy obispo, pero por vocación soy fraile. El llamado original del Señor en mi vida fue a ser fraile menor en la Iglesia, es decir, vivir la experiencia de Jesús desde la figura de San Francisco de Asís”.
“Mi experiencia como fraile comienza cuando me doy cuenta de quién soy y que necesito que Jesucristo se haga carne en mi vida. La primera alma que había que salvar era la mía y no podía salvar a los demás si yo primero no me sentía salvado”, dijo ante otros sacerdotes de su comunidad en un video conocido por Aleteia.
“Después han venido muchas experiencias, he estado por muchas partes en el mundo. Estuve trabajando 15 años con el papa Juan Pablo II en El Vaticano siempre como fraile, viviendo en un convento y tratando de ser testigo de la paz y del bien”.
Gran trayectoria
Fray Fabio, oriundo de Armenia (región del Eje Cafetero), era licenciado en Filosofía y Teología, además de profesor en distintos seminarios colombianos. Era considerado una autoridad en materia de Liturgia y Patrística, fue presidente del Departamento de Liturgia de la Conferencia Episcopal de su país y ocupó importantes cargos en el Consejo Pontificio de la Cultura. Fue responsable, en ese organismo, del área de Lenguas Española y Portuguesa.
En representación del Vaticano participó en varias Conferencias Generales de la Unesco y era especializado en Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
En su diócesis se le recuerda también como un gran impulsor de la causa de beatificación del padre Pedro María Ramírez Ramos, conocido como el Mártir de Armero, y en su condición de obispo participó en la ceremonia durante la cual el papa Francisco declaró beato a este sacerdote.
Además de los tres días de duelo decretados en su jurisdicción eclesiástica, la Conferencia Episcopal lamentó su muerte, envió un sentido mensaje y recordó a este insigne obispo como “un hombre con alto sentido de servicio misionero y apasionado por el tema de la liturgia, lo que le permitió como presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia, hacer un gran aporte en este campo a la Iglesia colombiana”.
Publicar un comentario