Te muestran placeres momentáneos, hacen que olvides las consecuencias y te sugieren que lo hagas, pues lo mereces...
«Esta clase de demonios sólo se puede expulsar con la oración y el ayuno»
Mateo 17
Cantos de sirena
En la antigüedad había muchas leyendas e historias entre los marineros sobre unos seres mitológicos mitad humanos mitad peces, con la habilidad de seducir. Los llamaron sirenas.
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Sus cantos dirigidos a los marineros los fascinaban haciéndoles perder su capacidad de razonar y sus conciencia convirtiéndolos en títeres.
Camino a Ítaca Ulises, en la Odisea, debe pasar cerca de la Isla de las Sirenas y es advertido:
«Tendréis que pasar cerca de las sirenas que encantan a cuantos hombres se les acercan. ¡Loco será quien se detenga a escuchar sus cánticos pues nunca festejarán su mujer y sus hijos su regreso al hogar! Las sirenas les encantarán con sus frescas voces. Pasa sin detenerte después de taponar con blanda cera las orejas de tus compañeros, ¡que ni uno solo las oiga!».
Tentaciones que engañan
Hoy existe un canto de sirena similar al de la mitología griega, que seduce a los hombres y mujeres. Pero este es real. Caemos con facilidad porque lo escuchamos y nos dejamos fascinar.
Son las dulces tentaciones del demonio.
Te muestra placeres momentáneos, hace que olvides las consecuencias de ese pecado y te sugiere que lo hagas, pues lo mereces.
Porque el demonio ha descubierto su efectividad para seducirnos, hacernos caer en el pecado y alejarnos de Dios.
Su canto moderno se llama: codicia, orgullo, pornografía. Y está al alcance de cualquiera, sobre todo la pornografía.
Qué fácil es caer…
Caemos con facilidad, porque oramos poco.
Me ha pasado que enciendo el ordenador, busco información y me sale un spam con imágenes desagradables. Es impresionante. La curiosidad te da por mirar. “Solo un ratito», te dices, y al rato estás enganchado.
No es casual la forma como lo presentan. Todo se hace con el fin de que quedes pegado al ordenador o a tu celular viendo esos actos impuros que ofenden a Dios.
Tiene su otro lado de la moneda, su lado oscuro.
Las aplicaciones quieren que pases la mayor cantidad de tiempo navegando en ellas. Te quieren esclavo, irreverente, sin opiniones.
Los que suben videos a esas aplicaciones han aprendido esta regla y suben sus videos en las horas de mayor tráfico. Con posibilidades de llegar a los usuarios.
Y te ponen claves para que te quedes buscando, por ejemplo: “descúbrelo en la segunda parte de lo vídeo”. Así te enganchan.
¿Qué pasa con tu alma?
Pero hagamos un alto. Tienes un alma inmortal. ¿Has pensado en ella? Ofendes a Dios viendo lo que no debes.
¿Sabes por qué? Porque somos templos del Espíritu Santo y Dios que es pureza no soporta nada impuro.
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Son muchos los pecados que afligen a la humanidad. Los demonios que están detrás de cada uno se regocijan al verte caer y ensuciar tu alma.
Hay que reconocer que son muy hábiles. Conocen cada mínima debilidad del ser humano y la aprovechan a su favor para hacerte daño y robarte la pureza del alma y una maravillosa eternidad al lado de Dios.
No te dejes. Ora. Busca a Dios. Lucha por tu alma.
Te comparto una receta que te ayudará. Lee este magnífico artículo de Aleteia:
¡Dios te bendiga!
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