Audiencia General. El Papa Francisco ha comenzado una serie de catequesis sobre el sentido y el valor de la vejez
“Nunca hemos sido tan numerosos en la historia humana”, dijo el Papa Francisco de 85 años. “El riesgo de ser descartados es aún más frecuente: los ancianos son vistos a menudo como “un peso”.
En el aula Pablo VI del Vaticano, el Papa ha comenzado este miércoles, 23 de febrero de 2021, una serie de catequesis sobre el sentido y el valor de la vejez.
El Papa ha citado una carta, laica, escrita por el gobierno italiano, sobre los derechos de las personas mayores y los deberes de la comunidad. “No lo ha escrito la Iglesia, es muy laica, pero es útil”.
En dicha carta se lee:
1 La persona mayor tiene derecho a tomar sus propias decisiones de forma independiente, libre, informada y consciente en relación con las opciones de vida y las decisiones importantes que le afecten.
2. Es deber de los familiares y de todos los que se relacionan con la persona mayor proporcionarle toda la información y los conocimientos necesarios para una autodeterminación libre, plena e informada en razón de su condición física y cognitiva.
“Desde hace algunos decenios, esta edad de la vida concierne a un auténtico “nuevo pueblo” que son los ancianos”. Lo dice en referencia al aumento de la edad en la población mundial, especialmente en Europa, donde el Papa ha denunciado el “invierno” demográfico, es decir, que no nazcan niños para sustituir a las personas mayores.
El Papa indicó que en la dramática primera fase de la pandemia las personas mayores fueron “los que pagaron el precio más alto”.
Ancianos y ancianos murieron solos aislados en hospicios y hospitales en Europa. Ellos- dijo el Papa “eran la parte más débil y descuidada: no los mirábamos demasiado en vida, ni siquiera los vimos morir”.
En la predicación, insistió en que la familia humana hoy enfrenta una de las “cuestiones más urgentes”: las migraciones y la vejez. Y advirtió: “No se trata solo de un cambio cuantitativo; está en juego la unidad de las edades de la vida”.
“La longevidad se ha masificado y, en amplias regiones del mundo, la infancia está distribuida en pequeñas dosis. Un desequilibrio que tiene muchas consecuencias”.
Una dictadura pro juventud
Luego, el Papa denunció la cultura dominante: El “modelo único el joven-adulto”.
Entonces, clamó contra el totalitarismo detrás de la exaltación de la juventud “como única edad digna de encarnar el ideal humano”.
Destacó que existe en muchas sociedades “el desprecio de la vejez vista como fragilidad, degradación, discapacidad”.
Y sin rodeos, dijo el Papa: este ideal de juventud y fuerza eterna “ha sido el icono dominante de los totalitarismos del siglo XX. ¿Quizás ya lo hemos olvidado?”.
“La prolongación de la vida incide de forma estructural en la historia de los individuos, de las familias y de las sociedades”, añadió.
Ancianos solos y los jóvenes pegados al smartphone
Por ello, invitó a una comunicación concreta y encarnada entre los mayores y los más jóvenes que es, por tanto, esencial, para su bien recíproco.
“Si los abuelos se repliegan en sus melancolías, los jóvenes se encorvarán aún más en su smartphone (o teléfonos inteligentes)”, advirtió el Papa.
“La pantalla puede también permanecer encendida, pero la vida se apaga antes de tiempo. ¿La repercusión más grave de la pandemia no está quizá precisamente en el extravío de los más jóvenes?”, comentó el Papa.
“Los ancianos tienen recursos de vida ya vivida a las cuales pueden recurrir. ¿Verán a los jóvenes que pierden su visión y los acompañarán calentando sus sueños?
Entonces, invitó a encontrar el «dono perdido» de «la alianza entre generaciones», mientras que «la eterna juventud es una alucinación muy peligrosa».
El envejecimiento de la población debe animar hoy a la humanidad a poner más “calidad espiritual” y “sentido comunitario” en la vida de la sociedad.
En el lenguaje político, sin embargo, los «planes de asistencia» tienden a sustituir a los «proyectos de existencia», que traducen «un vacío de pensamiento, de imaginación, de creatividad», lamentó el Obispo de Roma.
“La vejez es un don de madurez y sabiduría. La Palabra de Dios nos ayudará a discernir el sentido y el valor de la vejez”, afirmó el Papa, señalando que “este desafío de la humanidad y de la civilización exige nuestro compromiso y la ayuda de Dios”.
Los ancianos son una bendición, no material de descarte
“La Palabra de Dios nos ayudará a discernir el sentido y el valor de la vejez; el Espíritu Santo nos conceda también a nosotros los sueños y las visiones que necesitamos”.
Francisco hizo un llamamiento para luchar contra la cultura del descarte que mañana golpeará también a los hoy jóvenes:
“No olvidemos que en la cultura, sea familiar o social, los ancianos son como las raíces de árbol, tiene toda la sabiduría, y los jóvenes son las flores y los frutos, sino viene la linfa de la raíz jamás podrán florecer”.
El Papa dijo que hará las próximas catequesis para que la figura del anciano no sea visto como material de descarte, sino por el contrario, la personas mayor sea vista como “una bendición para la sociedad”.
Cabe recordar que la catequesis del Papa es un espaldarazo también a la labor de la Pontificia Academia por la Vida del Vaticano que ha preparado el material que el Papa usará en estas predicaciones y ha buscado un diálogo con diversas instancias para defender la vida de los ancianos.
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