Obispo sube al barrio y se solidariza con jesuita demandado en Venezuela

Monseñor Lisandro Rivas dijo que la parte alta de La Vega, en Caracas, es una comunidad impregnada de evangelización, promoción humana y acción social, gracias al trabajo del padre Alfredo Infante

“Quiero como obispo auxiliar de Caracas, expresar también al padre Alfredo Infante, como lo hemos escuchado, y lo quiero hacer públicamente, que la Iglesia, la Arquidiócesis está contigo, especialmente en este momento que a veces se quiere tambalear la barca del compromiso y del empeño”.

Son las palabras de monseñor Lisandro Alirio Rivas Durán, durante la misa de Pentecostés, el domingo 5 de junio, en la parroquia San Alberto Hurtado y José Gregorio Hernández Cisneros, en la parte alta de La Vega, en Caracas.

Lisandro es un misionero de la Consolata que el 23 de diciembre de 2021, fue designado por el papa Francisco, como obispo auxiliar de Caracas. El cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, lo consagró el 12 de marzo de 2022.

Subir a un barrio, recorrer comunidades y solidarizarse con personas muy necesitadas, no es nada extraño para este nuevo obispo. Como misionero es parte de su vida. Ya lo ha experimentado en la República de Kenia, en el este de África, donde trabajó desde 1995 hasta el año 2000. También, en muchos barrios pobres de Venezuela y Colombia.

Un obispo que quiere “oler a ovejas”

Flanqueado por los también jesuitas, Luis Ugalde (ex rector de la Universidad Católica Andrés Bello) y Clive Mendoza, le decía a Infante: “Padre Alfredo, gracias. Cuenta con mis oraciones, cuenta con nuestro apoyo y adelante, la vida triunfa. Dios te pague”. Luego, en medio de aplausos se fundió en fuerte abrazo con el párroco de La Vega.

Era el culmen de una visita pastoral que Lisandro Rivas inició el miércoles 1 de junio, y que lo llevó a los más recónditos y necesitados lugares de esta comunidad caraqueña.

Durante su visita percibió que, pese a las necesidades materiales, en La Vega “se experimenta el Evangelio viviente, el proyecto del reino de hacer vida con la gente que está enamorada de Jesucristo y enamorada de su proyecto del reino”, dijo para Aleteia.

Monseñor Lisandro Rivas reconoce que el padre Infante, con su testimonio y trabajo evangelizador, hace realidad el significado de una “iglesia en salida” vinculada a las “periferias”, la misma de la que habla el Papa Francisco. Ésta, forma parte de su misión como pastor y obispo en Caracas: animar, motivar y acompañar a mis ovejas.

La Vega es una comunidad que está impregnada de evangelización acompañada de la promoción humana y la acción social”, refirió en el sonido enviado a Aleteia. Se trata de un trabajo que Infante realiza junto a los vecinos, agrupados en redes.

“Son redes para los desprotegidos, los más vulnerables, los jóvenes, la educación, la alimentación, etcétera. Las redes conforman una comunidad de comunidades y están claramente al servicio de la acción evangelizadora”, expresó el prelado.

Anunciar el reino en medio de duras realidades

Indicó que, no obstante, los signos de muerte y de situaciones a veces de grandes injusticias de violación de derechos humanos experimentados en esta comunidad.

El Señor me llama para que sea ese signo de comunión, de unión y también signo profético para anunciar el reino de Dios y animar desde el Evangelio, a cómo afrontar los desafíos que el momento actual. Lo que se vive allí en la parte alta de La Vega se está viviendo al igual que en el resto de nuestro país”, afirmó.

¿Por qué este significativo apoyo de la Iglesia al Padre Infante?

Alfredo Infante está en el foco informativo debido a sus denuncias a través de Lupa por la Vida, una alianza formada entre el Centro Gumilla (Centro de Investigación y Acción Social de los Jesuitas en Venezuela, que él dirige) y Marino Alvarado, coordinador exigibilidad de PROVEA, programa de educación acción en derechos humanos.

El 14 de marzo de este año presentaron el Informe del año 2021, desvelando cifras de ejecuciones extrajudiciales por parte de los cuerpos de seguridad del Estado. La mayoría de las víctimas eran hombres jóvenes, pobres y vecinos de barriadas populares.

La denuncia encontró eco negativo en el gobernador Rafael Lacava (oficialista), quien demandó a Infante y Alvarado por supuesta “difamación agravada continuada”, debido a que fue mencionado como parte de la Cadena de Mando de la Policía de Carabobo.

De allí, el interés en consultarle al obispo auxiliar de Caracas su visión acerca de este asunto que ha movilizado a los vecinos de La Vega y los mantiene expectantes. 

“Creo que ha sido como una providencia de Dios el estar allí, sobre todo en este momento que está viviendo el padre Infante”, comentó ante la solicitud de Aleteia.

“Me lo decía el señor Cardenal (Baltazar Porras) antes de iniciar la visita pastoral: esto es un momento de gracia, un momento de bendición. Es un momento donde la iglesia se hace presente también con este hermano nuestro para acompañarlo”, citó.

Expresó que al padre Infante “se le está acusando; se le está colocando, digamos, en tela de juicio delante de todo lo que él está haciendo para anunciar y denunciar lo que en cierta manera vulnera o atenta contra la dignidad de la persona humana en sus derechos inalienables, en sus derechos fundamentales como son el derecho a la vida, el derecho al debido proceso, etcétera, etcétera …”.

Caminando por La Vega

Entre las denuncias hechas por el padre Infante a través de Lupa por la Vida y otras organizaciones de derechos humanos, se señala la “Masacre de La Vega”, ocurrida el 8 de enero de 2021, cuando tras la acción de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), fueron asesinadas 23 personas, entre ellas 3 adolescentes de 16 y 17 años.

De manera que por esos callejones y veredas donde corrió sangre inocente, estuvo monseñor Lisandro Rivas Durán, llevando solidaridad a los familiares de las víctimas y demás vecinos. Su mensaje de cercanía fue claro en La Isla, El Ayacucho, El Encanto, El Araguaney, Los Mangos, La Pradera, Sector 1, La Jota, Sector B y otros.

Durante su visita también cumplió reunión con los sacerdotes de la zona y los promotores comunitarios; además, sostuvo encuentro con los catequistas y visitó a los enfermos. Igualmente, las redes de alimentación, salud y educación recibieron al obispo misionero.

Por eso en su despedida monseñor Lisandro dejó algo más que un simple mensaje alentador. “Sigan adelante, van por un camino extraordinario. Me voy con un corazón muy agradecido, caminamos y unidos siempre rezamos los unos por los otros”. Es un verdadero aluvión de esperanza que, posiblemente, hará retumbar la verdadera justicia.

VENEZUELA

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