Veneradas por miles de devotos, estas imágenes son conocidas porque a través de ellas Dios generosamente concede miles de gracias
El Nuevo Testamento dice muy poco, o casi nada, sobre el aspecto físico de Jesús. Tampoco dice nada de cómo se veían los apóstoles, ni María. Ninguno de los cuatro evangelios describe físicamente a Jesús, ni a sus seguidores o ni a su madre.
Sin embargo, la tradición cristiana, lo ha representado utilizando diferentes modelos iconográficos, y algunos iconos marianos son tan antiguos como el cristianismo mismo.
Muchas de estas imágenes creada por excelsos artistas son muchas de ellas consideradas milagrosas, no por miles (si no millones) de cristianos en todo el mundo.
Malta, es una de las primeras cunas del cristianismo y alberga algunas imágenes milagrosas muy especiales.
Los primeros artistas cristianos se basaron en el canon artístico de su época y no en los testimonios escritos y orales reales de las primeras comunidades cristianas cuando tenían que retratar al Mesías, a su Madre o a sus primeros discípulos en iconos o frescos.
El cristianismo siempre ha reconocido en la imagen no sólo un elemento litúrgico sino también una eficaz herramienta de evangelización en un mundo donde la lectura y la escritura eran (y aún son para muchos) habilidades poco extendidas. La tradición sostiene que uno de esos artistas es también el autor de uno de los Evangelios.
La tradición cristiana ha atribuido a Lucas muchos talentos diferentes, uno de ellos el de ser el autor del primerísimo “retrato” de María.
Esto no debería sorprendernos, el talento de Lucas como narrador es indiscutible (basta con leer los Hechos de los Apóstoles), y su Evangelio es conocido como el más literario de los cuatro. Pero las iglesias orientales también lo consideran un verdadero “iconógrafo”, responsable de “narrar” el primer icono de la Santísima Virgen María.
Courtesy of Valentina Lupo and Maria Grazia Zenzani – Atelier del Restauro
Lucas también fue compañero e intérprete con Pablo en sus viajes por el Mediterráneo. De camino al juicio en Roma en el año 60, Pablo naufragó frente a la costa noroeste de Malta y tuvo que pasar allí los duros meses de invierno. Durante su estancia convirtió al gobernador de la isla, Publio (primer obispo y primer santo de Malta), estableciendo así las raíces mismas del cristianismo maltés. Lucas cuenta la historia (nótese que su crónica está escrita en primera persona del plural, “nosotros”) de la siguiente manera, en Hechos 28; 1-10:
Cuando estuvimos a salvo, nos enteramos de que la misma se llamaba Malta.
Sus habitantes nos demostraron una cordialidad nada común y nos recibieron a todos alrededor de un gran fuego que habían encendido a causa de la lluvia y del frío.
Pablo recogió unas ramas secas y las echó al fuego. El calor hizo salir una serpiente que se enroscó en su mano.
Cuando los habitantes del lugar vieron el reptil enroscado en su mano, comenzaron a decir entre sí: «Este hombre es seguramente un asesino: se ha salvado del mar, y ahora la justicia divina no le permite sobrevivir».
Pero él tiró la serpiente al fuego y no sufrió ningún mal.
Ellos esperaban que se hinchara o cayera muerto. Después de un largo rato, viendo que no le pasaba nada, cambiaron de opinión y decían: «Es un dios».
Había en los alrededores una propiedad perteneciente al principal de la isla, llamado Publio. Este nos recibió y nos brindó cordial hospitalidad durante tres días.
El padre de Publio estaba en cama con fiebre y disentería. Pablo fue a verlo, oró, le impuso las manos y lo curó.
A raíz de esto, se presentaron los otros enfermos de la isla y fueron curados.
Nos colmaron luego de toda clase de atenciones y cuando nos embarcamos, nos proveyeron de lo necesario.
Con una tradición ininterrumpida de dos milenios de rica herencia cristiana, la comunidad maltesa que el mismo Pablo convirtió, es tan antigua como las de Éfeso, Jerusalén, Corinto y Roma. Es natural que el país tenga más de una iglesia por kilómetro cuadrado. Algunas de estas iglesias albergan imágenes excepcionales de Cristo y María.
Aquí te presentamos algunas de esas imágenes, consideradas milagrosas por miles de creyentes y devotos, que puedes encontrar al visitar el archipiélago maltés.
Crucifijo Ta’ Ġieżu, La Valeta
El Crucifijo Ta’ Ġieżu es una escultura de mediados del siglo XVII, obra de Fray Innocenzo da Petralia. Encargado por Fray Marco Rosset, un Caballero aragonés de la Orden de San Juan que también fue miembro fundador de la Archicofradía de la Santa Cruz, el siciliano Fray Innocenzo esculpió este crucifijo en madera alrededor de 1646, posiblemente durante una breve residencia en Malta. Dado que era un fraile franciscano, con estrecha relación con la Custodia de Tierra Santa, por lo tanto el crucifijo fue destinado a la iglesia franciscana de Santa María de Jesús, más conocida como Ta’ Ġieżu, en La Valeta.
INP – knisja.org/ritratti
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Su carácter dramático, al exhibir las duras marcas infligidas al cuerpo de Cristo durante su Pasión, la convierten en una imagen distintiva del barroco. A diferencia de otros crucifijos en los que Cristo mira hacia arriba (como si evoca el pasaje de Mateo 27: «Elí, Elí, lemá sabactani», que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»), el de fray Innocenzo mira hacia abajo, directamente a los ojos del creyente, forjando un fuerte vínculo devocional y afectivo, otro característica típicamente barroca de la imagen.
El Crucifijo de Ta’ Ġieżu es llamado popularmente «El Crucifijo Milagroso»: es el crucifijo más venerado en Malta, por varias razones diferentes. Por un lado, la iglesia franciscana donde se le venera ha sido calificada como «parroquia de todos». Innumerables devotos han orado frente al crucifijo durante siglos. De hecho, los malteses siempre han considerado el crucifijo tan «milagroso» que el simple hecho de rezar ante la imagen significa gracia concedida. Pero también, porque en tiempos de pestilencia, sequía o guerra, siempre era el Crucifijo de Ta’ Ġieżu el que se sacaba en procesión penitencial.
El Redentor de Senglea
Dos veces al año, el cuarto viernes de Cuaresma y el domingo posterior a la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, miles de cristianos malteses acuden a la basílica de Senglea para venerar la milagrosa efigie de Cristo caído con la cruz, conocida localmente como Ir-Redentur. Incluso si hay tradiciones similares en otros lugares que poco a poco van perdiendo la popularidad, no se puede decir lo mismo con el Redentor de Senglea que aun hoy mantiene un gran número de seguidores.
Originalmente fue encargado por la Cofradía del Santo Crucifijo en 1742 como una estatua para el conjunto de la Pasión, pronto creció su popularidad hasta convertirse en una de las efigies más apreciadas y amadas de Malta. De hecho, el Papa Pío VII dio permiso para que se celebrara anualmente una fiesta en su honor después del final del período de Pascua.
El Redentor se convirtió en un monumento nacional de devoción cuando el clero y el pueblo de Senglea hicieron un voto en 1813 para ser salvaguardados de la plaga que asediaba Malta. Desde entonces, el número de donaciones de exvoto ha aumentado exponencialmente.
INP – knisja.org/ritratti
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Los testimonios registrados de milagros privados son literalmente innumerables: curación de enfermedades terminales, curación de dolencias físicas, reparación de matrimonios y, numerosas conversiones que han llevado a encontrar el camino de regreso a Dios.
Estas numerosas gracias ocultas fueron la razón por la que en 2016 se eligió el Oratorio donde se custodia el Redentor como uno de los lugares privilegiados para el Jubileo de la Misericordia.
Otros momentos de acción de gracias a lo largo del año consiste en las numerosas presentaciones de padres de recién nacidos, pidiendo la bendición y protección del Redentor.
La Virgen de la Gruta de Mellieħa
La gruta subterránea es parte del complejo del Santuario de Nuestra Señora de Mellieħa. La capilla fue excavada en la piedra caliza dura, gracias a un devoto siciliano de Nuestra Señora, Mario de Vasi, que visitaba regularmente el Santuario de la Virgen de Mellieħa. También es el responsable de la finalización de la estatua blanca de Nuestra Señora sosteniendo al Santo Niño en su brazo izquierdo, que se encuentra en el extremo más alejado de la capilla.
De Vasi era un comerciante de vinos que tenía negocios regulares en Malta. Era tan devoto del Santuario de Mellieħa (y de Nuestra Señora) que quería construir otro santuario más pequeño en su honor, pero en el mismo sitio. Y así, en 1644, De Vasi pagó para que se excavara un pequeño santuario en la roca detrás del Santuario del Santo Icono.
Marinella Bandini | ALETEIA
A lo largo de los años, miles de peregrinos han visitado la capilla subterránea de De Vasi, rezando ante la Virgen y atribuyéndole muchas intervenciones y curaciones milagrosas, tanto espirituales como temporales.
Los eventos registrados en 1887, 1888 y 1948 son particularmente famosos. Varias personas en diferentes fechas y horas se reunieron para rezar y contemplaron la estatua blanca de Nuestra Señora moviendo repetidamente su mano derecha, haciendo la Señal de la Cruz. En los Archivos del Santuario hay 13 documentos separados que registran estos hechos. Todos dan una descripción muy detallada de cada evento y están firmados bajo juramento delante de todos los presentes.
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El primer hecho tuvo lugar el 2 de agosto de 1887, cuando el Sargento Mayor Vittorio Gauci declaró que Nuestra Señora movió su brazo hacia arriba y hacia abajo en tres momentos diferentes en el mismo día.
Un hecho similar fue presenciado el 13 de agosto por 10 personas diferentes, incluido el párroco de Mellieħa, el padre Francisco Magri.
Durante una visita a la Virgen de la Gruta el 20 de marzo de 1893, el padre John M’hale SJ y otro jesuita llevaron a 50 adolescentes en una gira a Mellieħa. Vieron «la mano derecha de Nuestra Señora moviéndose lentamente. Entonces el Niño Jesús hizo los mismos movimientos. Bendijeron a todo el grupo haciendo la Señal de la Cruz. La cabeza del Niño Jesús se movía con gracia mientras que la expresión de su rostro era de felicidad».
La última vez que ocurrió un hecho de este tipo fue después de la Segunda Guerra Mundial, en 1948. Un grupo de 10 personas declararon bajo juramento que presenciaron a la Señora Blanca de la Capilla moviendo su mano derecha.
El Santuario Mariano deTa’ Pinu
El Santuario Mariano de Ta’ Pinu también es conocido como «La Iglesia de los Milagros». El rector del santuario, el P. Gerald Buhagiar, explica cómo las personas que visitan el santuario y rezan por la intercesión de la Santísima Virgen María regresan a Ta’ Pinu para dar testimonio de que sus oraciones han sido respondidas.
Las ofrendas votivas literalmente cubren las paredes de dos habitaciones a cada lado del altar en Ta’ Pinu. Estos se relacionan con cánceres curados, bebés nacidos después de años de infertilidad, accidentes en la que los pacientes fueron completamente curados y muchas otras gracias.
Courtesy of Madonna Ta’ Pinu National Shrine
La primera investigación histórica sobre este santuario mariano se publicó en 1891, «La Santísima Virgen de Ta’ Pinu en Gozo». En él, leemos:
El 22 de junio de 1883, Karmni Grima de Gharb […] escuchó una llamada de camino a casa. […] [A] eso de las 10:30 am una voz misteriosa la llamó tres veces ‘¡Ven! ¡Ven! ¡Ven!’. Karmni estaba asombrada, porque a esa hora del día, los campos estaban desiertos y nadie podría haberle hablado. Cuando reanudó su camino, la misma voz misteriosa volvió a decirle: ‘Ven, ven, hoy, porque pasará un año antes de que puedas visitar este lugar nuevamente’. Así que caminó hacia la capilla con asombro, pensando que vería a la Santísima Virgen. Al acercarse a la capilla […] se asomó por la pequeña abertura del cristal de la puerta pero no vio a nadie. Recuperando la compostura, entró en la capilla y mientras rezaba, un sentimiento de éxtasis inefable se apoderó de ella. …La misma voz volvió a dirigirse a ella: ‘Reza tres Avemarías en recuerdo de los tres días que mi cuerpo estuvo en el sepulcro’ –y así lo hizo.
Marinella Bandini | ALETEIA
En su libro «Ta’ Pinu Shrine: The Pilgrims’ Haven», el obispo Mons. Nicholas J. Cauchi (quien fue obispo de Gozo de 1972 a 2005), escribe:
Durante dos años, Karmni no dijo una palabra sobre lo que había sucedido. Luego le reveló su secreto a Franġisk Portelli; un hombre recto que era conocido por su devoción a Nuestra Señora de Ta’ Pinu […] Mientras su corazón se llenaba de alegría […] aproximadamente al mismo tiempo, había escuchado una voz misteriosa que le pedía que rezara en honor a la herida oculta del hombro de Cristo provocada por el peso de la pesada cruz a lo largo del tortuoso camino hacia el Calvario. Poco tiempo después, la madre de Franġisk fue curada milagrosamente por la intercesión de la Santísima Virgen de Ta’ Pinu. Era obvio que el asunto ya no podía mantenerse en secreto y los rumores de que Nuestra Señora de Ta’ Pinu había dado un mensaje a dos personas del pueblo de Gharb comenzaron a correr como la pólvora.
Los documentos existentes escritos por el director espiritual de Karmni también testifican que la Santísima Virgen incluso se le apareció en su casa en el pueblo de Għarb. Hoy, la casa de Karmni está abierta a los visitantes.
Agradecimientos y créditos
El Crucifijo de Ta’ Giezu fue escrito por Christian Attard y el P. Noel Muscat ofm de la Archicofradía de la Santa Cruz, Valletta
El Redentor de Senglea fue escrito por Can. Dr. Jonathan Farrugia – Jefe de Departamento (Departamento de Historia de la Iglesia, Patrología y Arqueología Paleocristiana – Universidad de Malta)
Referencias
«Nuestra historia» en la página oficial de Facebook del Santuario Nacional Mariano de Nuestra Señora de Ta’ Pinu.
«Ta’ Pinu Shrine: The Pilgrims’ Haven», obispo Nicholas J. Cauchi (2ª edición revisada, 2008).
«Historia de Ta Pinu en Gozo – Malta» DeBrincat, Christopher (julio de 2012). Archivado desde el original el 11 de noviembre de 2013. Consultado el 3 de septiembre de 2015.
Este contenido ha sido presentado en asociación con la Autoridad de Turismo de Malta.
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