El cardenal italiano defenestrado, -pero según él, reintegrado en el último consistorio- está siendo investigado por supuesta conspiración
El papa Francisco recibió una llamada telefónica tras su operación al colon y fue grabada sin su conocimiento «en un intento de extraer declaraciones útiles para el juicio». Esto emerge de la 37 audiencia en el juicio celebrado en el Vaticano por malversación y que tiene como imputado al cardenal defenestrado Angelo Becciu y nueve personas más.
El fiscal de la Santa Sede, Alessandro Diddi, confirmó a los periodistas que Becciu es investigado también por supuesta asociación ilícita en el Vaticano. En la misma aula de tribunal se escuchó una llamada telefónica «realizada por el cardenal Angelo Becciu a Su Santidad el Papa Francisco», en la que «se pretendía empujar al Papa a declarar circunstancias de alguna utilidad» para el juicio que estaba a punto de comenzar.
Este detalle causó clamor en el aula y fuera debido a que el papa Francisco recibe esa mencionada llamada del cardenal italiano, apenas convaleciente de su operación para extraerle parte del colon (le quitaron 34 cm), luego de salir del hospital Gemelli.
Sin el conocimiento del Papa
Por tanto, es «también bastante evidente que la grabación tuvo lugar sin el conocimiento del Papa, que fue realizada por Becciu en colaboración con María Luisa Zambrano (su sobrina, hija de su hermana) y que también estaba presente una tercera persona de sexo masculino que llamaba de «usted» a la citada persona», reconstruye el fiscal.
El punto focal- según la fiscalía de la Santa Sede – es que se pretendía empujar al Papa a «afirmar circunstancias de alguna utilidad» para el juicio.
«Fue precisamente el interlocutor que realizó la grabación (el cardenal Angelo Becciu) quien la introdujo, por lo que -se lee en el informe de la Policía de Finanzas de Oristano- publicado por varias agencias italianas, además del sito JustOut de la periodista Maria Antonieta Calabrò que publicó la transcripción integral de la conversación entre el cardenal y el papa realizada el 24 de julio de 2021, tres días después del inicio del juicio por malversación y diez de la salida del hospital del pontífice.
«Las operaciones de grabación parecen haber sido orquestadas de forma preventiva con el fin de obtener información del Papa que, aunque pueda parecer requerida como hipotéticamente idónea para la defensa del cardenal durante el juicio que se celebra en el Vaticano, no habría sido compartida con terceros por ser de carácter confidencial», según el fiscal.
En una parte de la misma transcripción se lee que el cardenal Becciu dice al Papa: «Usted ya me ha condenado, es inútil que se haga el proceso».
Justificación de dinero para ayudar a misioneros secuestrados en África
Y en varios momentos insiste para que el papa Francisco admita que le autorizó a realizar pagos por varios miles de euros que supuestamente estaban destinados a intentar la liberación de la hermana Gloría Cecilia Narváez, secuestrada en África desde 2017, a través de los servicios de una agencia privada de inteligencia inglesa, llamada Inkerman, y cuyos fondos estuvieron a disposición de Cecilia Marogna, una colaboradora del cardenal (también investigada) y quien – según varias facturas – usó el dinero de la Secretaría de Estado puesta en una cuenta bancaria en Eslovenia para comprar bolsos femeninos, viajes y artículos de lujo.
Según el fiscal, el pontífice parecía «perplejo» por la insistencia del cardenal Becciu, además de muy cansado por su operación. Durante el interrogatorio del cardenal Becciu, el 5 de mayo de 2022, dijo que «cada paso» de la operación para liberar a la hermana Gloria había «sido acordado con el Santo Padre».
Cabe recordar que antes del inicio del juicio y con el trabajo de los fiscales, el Papa anunció que retiró los derechos como cardenal a Becciu y le retiró de su cargo al mando de la Congregación para la Causa de los Santos. El cardenal italiano por su parte siempre se ha declarado inocente y víctima de una persecución mediática, incluso alimentando una disputa verbal con el cardenal George Pell, prefecto emérito de la Secretaría para la economía.
Asociación ilícita
En la misma audiencia, el fiscal Diddi, aseguró que el cardenal Becciu es investigado también por asociación ilícita en el Vaticano. Sin embargo, tanto el cardenal italiano como sus defensores han dicho que no saben nada de este otro expediente y que, en todo caso, el cardenal está «dispuesto a aclarar».
Sin embargo, aunque se trata de una investigación paralela, el fiscal Diddi ha decidido depositar las conclusiones en las actas del actual juicio, por considerarlas relevantes. La documentación transmitida por el tribunal de Sassari, Italia, según el diario Avvenire, contiene, en particular, notas de la policía financiera de Oristano y una serie de extractos de chats de los aparatos telefónicos incautados a Maria Luisa Zambrano, sobrina del cardenal, y al hermano de Becciu.
Becciu enfrenta las acusaciones del juzgado vaticano por las supuestas irregularidades de los dineros de la secretaría de Estado, de la que fue Sustituto, entre 2011 y 2018, y por el compraventa del edificio en Londres que causó millones de perdidas a las arcas de la Santa Sede.
El Vaticano también pidió la colaboración del Tribunal de la ciudad de Sassari, donde vive en Cerdeña la familia del cardenal Becciu, para documentar la investigación de una cooperativa, la Spes de Ozieri, guiada por Antonio Becciu, hermano del cardenal defenestrado que recibió donaciones del vaticano y que confluyeron en la Cáritas local.
En cuanto a las relaciones entre el entonces obispo Pintor y la familia Becciu, el fiscal Diddi afirmó que Pintor «no tenía ningún control sobre Cáritas, la diócesis y Cáritas eran gestionadas básicamente por la familia Becciu. La fiscalía de Sassari llegó a las mismas conclusiones que nosotros», informó el diario Avvenire.
También salieron a la luz los 927 documentos de transporte (facturas de pan de la Coop Spes a las parroquias) que supuestamente se utilizaron «para justificar las sumas pagadas por la diócesis a Spes». Diddi denunció una falsificación real de facturas para justificar 18.000 kilos de pan, documentos que, según la reconstrucción de los investigadores del Tribunal, se hicieron cerca del inicio del juicio, pero que se refieren a entregas de pan que datan de 2018. El resto de la audiencia se dedicó ayer al interrogatorio de monseñor Alberto Perlasca, ex jefe de la Oficina Administrativa, que continuará este viernes.
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