En la habitual carta semanal, dedicada a la última fiesta del año litúrgico, la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, Mons. Fernández expone en qué consiste el Reino de Cristo.
“No es un reino al estilo de los reinos de este mundo”, sino que es de “otro calibre””, pues consiste en “dejar a Dios ser Dios y colaborar con él para que todo se oriente desde Dios y para Dios”.
Esto es algo que pedimos al decir “venga a nosotros tu reino” en el Padre Nuestro, pues, explica el Prelado, significa que “estamos dispuestos a participar en ese reino y a colaborar en que ese reino se implante en todos los niveles de la vida humana, personal y social”.
Se trata de un Reino que “ha instaurado Jesús mediante su entrega en obediencia de amor a su Padre” y que “no se construye desde el poder, sino desde la humildad y el despojamiento”.
El Obispo destaca que “el Reino de Dios no es una demostración de fuerza humana o una combinación de mentiras organizadas para triunfar” sino que “es gracia” e “instaura la paz duradera” a través de “la justicia incluida en la misericordia”.
Al tiempo, señala que el Reino de Cristo “está dirigido a los pecadores, como el buen ladrón, que confían en la misericordia de Dios”.
Mons. Fernández considera que la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo constituye una “oportunidad de experimentar la misericordia de Dios en el corazón de Cristo”.
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