En esa ocasión, a través de su carta apostólica Misericordia et misera, el Santo Padre señaló que “a la luz del ‘Jubileo de las personas socialmente excluidas’, mientras en todas las catedrales y santuarios del mundo se cerraban las Puertas de la Misericordia, intuí que, como otro signo concreto de este Año Santo extraordinario, se debe celebrar en toda la Iglesia, en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada mundial de los pobres”.
“Será una Jornada que ayudará a las comunidades y a cada bautizado a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio y sobre el hecho que, mientras Lázaro esté echado a la puerta de nuestra casa, no podrá haber justicia ni paz social”, añadió.
En su mensaje para la jornada de este año, que lleva como lema “Jesucristo se hizo pobre por ustedes”, el Papa Francisco lamentó que en vez del tiempo de "serenidad" que se vislumbraba por el fin de la pandemia de COVID-19, "ha aparecido en el horizonte una nueva catástrofe, destinada a imponer al mundo un escenario diferente".
"La guerra en Ucrania vino a agregarse a las guerras regionales que en estos años están trayendo muerte y destrucción", dijo.
"Pero aquí el cuadro se presenta más complejo por la directa intervención de una 'superpotencia', que pretende imponer su voluntad contra el principio de autodeterminación de los pueblos", lamentó.
"Se repiten escenas de trágica memoria y una vez más el chantaje recíproco de algunos poderosos acalla la voz de la humanidad que invoca la paz", añadió.
El Papa Francisco subrayó en su mensaje que la solidaridad es "compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra".
"Mientras más crece el sentido de comunidad y de comunión como estilo de vida, mayormente se desarrolla la solidaridad", aseguró.
"Como miembros de la sociedad civil, mantengamos vivo el llamado a los valores de libertad, responsabilidad, fraternidad y solidaridad. Y como cristianos encontremos siempre en la caridad, en la fe y en la esperanza el fundamento de nuestro ser y nuestro actuar", animó.
Al finalizar su mensaje, el Papa Francisco expresó su deseo de "que esta VI Jornada Mundial de los Pobres se convierta en una oportunidad de gracia, para hacer un examen de conciencia personal y comunitario, y preguntarnos si la pobreza de Jesucristo es nuestra fiel compañera de vida".
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