El Santo Padre recibió hoy en el Vaticano a los empleados de “Apoteca Natura”, a quienes recordó que “los pueblos indígenas han dejado un rico patrimonio de terapias naturales”.
También agradeció a los presentes la “forma creativa de hacer negocios y generar empleo partiendo de una intuición totalmente ecológica”.
Asimismo, lamentó que “la figura del médico de familia casi ha desaparecido, y se corre el riesgo de que, para privilegiar la ‘excelencia’, se descuide la buena calidad de los servicios sanitarios territoriales”.
“O que éstos se burocraticen e informaticen tanto que las personas mayores o con escasa formación se vean efectivamente excluidas o marginadas”, añadió.
Ante esta situación el Papa destacó que las farmacias “pueden satisfacer una necesidad real de la población compensando ciertas carencias”.
“Se podría resumir en dos palabras: armonía y cuidado”, explicó el Papa Francisco más tarde.
En esta línea, dijo que “la cultura del consumo y del descarte van juntas” y defendió que “luego está la cultura del cuidado, por otro lado”.
“Tenemos que elegir: ¡no hay otro camino para avanzar! Hoy no se nos permite permanecer neutrales”, pidió el Papa.
“Hay que elegir, porque el grito de la tierra y el grito de los pobres exigen responsabilidad”, dijo a continuación.
Además, aseguró que “la cultura del consumismo y del despilfarro está muy extendida y condiciona muchos de nuestros comportamientos cotidianos”.
“Y también la cultura del cuidado se expresa en muchas pequeñas y grandes elecciones, que cada uno está llamado a hacer, según el papel que ocupe”, subrayó.
Por último, el Papa Francisco pidió “una economía centrada en la persona y en el bien común”.
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