Cecil busca fondos para crear una iglesia con hospital y escuela en su pueblo de Kenia

Mientras el seminarista estudia Teología en la Universidad de Navarra, busca recursos para dar oportunidades a un área rural de 30.000 personas, de las que el 10 por ciento son católicas

Cecil Agutu es un joven keniano católico. Pertenece a una familia católica de tercera generación. Descubrió su vocación al sacerdocio y está en el seminario. Gracias a una beca de la Fundación CARF, estudia Teología en la Universidad de Navarra. Así, podrá regresar a su país con una formación que aquel continente espera como agua de mayo.

Pese a que está en Europa, Cecil lleva a los de su tierra en el corazón y sueña con acercar a las personas al Señor. Una forma muy concreta de hacerlo es construir una iglesia en su parroquia. Y es que en estos momentos, en el condado rural de Bay Home, donde está su pueblo (de nombre Kagan) hay 21 capillas distribuidas por la zona.

Cecil sabe que disponer de una iglesia es importante para poder desarrollar la actividad sacerdotal y parroquial. El sueño de Cecil es crear un foco de desarrollo espiritual y social para que haya auténtico progreso en todos los sentidos. Se llama llama Uganda Martyrs Achego Catholic Church.

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Cecil en el barracón donde se construirá la futura iglesia.

Fundación CARF

El sueño de Cecil tiene 4 aspectos:

-que la población pueda recibir la Eucaristía en mejores condiciones que ahora.

-que mejore la salud de los habitantes de la zona.

-que haya suministro de agua.

-que se impulse la educación de los pequeños y jóvenes.

La construcción de la iglesia incluye la creación de un hospital, un pozo de agua, dos colegios, infraestructuras (carreteras y electricidad) y empleo. Es hacer realidad el plan de salvación de Cristo en todos los planos.

Los católicos son una minoría activa en Kenia. Concretamente, en el condado rural de Home Bay hay 30.553 habitantes y los católicos son 3.080, es decir, un 10 por ciento.

Cecil explica que este proyecto «hará un enorme bien a muchas familias».

Hoy por hoy en aquel condado solo hay una pequeña clínica y dos dispensarios. Eso supone que para muchos hay que andar más de 30 kilómetros para ser atendido.

En la zona no hay río ni sistema de canalización de agua potable. La población solo cuenta con las lluvias para abastecerse. El pozo podrá abastecer a 1.055 personas y a otras 1.272 que viven a más de un kilómetro en el caso de sequía.

En cuanto a la educación, el proyecto prevé la construcción de un segundo colegio de Primaria para que el acceso a la alfabetización sea una realidad.

Además, aumentará el nivel educativo gracias ya que se construirá un segundo colegio de Primaria. 

El mismo Cecil explica este proyecto en el vídeo:

En este

vídeo

, Cecil explica el proyecto de su parroquia: “Levantar la vela”

Un poco de historia

Cecil, el segundo de 6 hermanos, es católico de tercera generación. Sus abuelos se convirtieron al catolicismo.

«Mi abuelo, Valentine Agutu, era polígamo y antes de convertirse, había practicado la religión del animismo africano. Junto con mi abuela, Susana Odero Agutu, se convirtieron a la Iglesia católica gracias a la labor de los misioneros católicos de la Sociedad de San José en nuestro distrito rural.»

Hace 93 años, llegaron a Kagan (Kenia, África) los primeros misioneros católicos y desde entonces se han producido muchas conversiones. Durante este tiempo, la Iglesia católica ha promovido casi la mitad de los colegios existentes en el área rural: quince de primaria y seis de secundaria. La otra mitad han sido creados por las autoridades locales.

«La parroquia más cercana a nuestra casa, la de Santa Teresa Asumbi, estaba a 7 kilómetros de distancia y mi padre contaba que, de niño, iba andando hasta allí para confesarse los sábados y asistir a la Santa Misa los domingos. Mi madre era anglicana y se convirtió a la iglesia católica después de casarse con mi padre.»

Principales retos de evangelización en Kenia

Los católicos en Kenia tienen que recorrer largas distancias, generalmente andando, para confesarse y asistir a la Santa Misa, debido a la escasez de iglesias y a los pocos sacerdotes que hay para atenderlas.

Además, debido a la baja formación humana, espiritual y económica de la población, persisten prácticas culturales como la poligamia, que perjudican la dignidad de las personas y dificultan la difusión y práctica de la fe católica. Es frecuente la propagación de sectas y otras comunidades heterodoxas.

Es todo un reto romper con las malas costumbres, pero no es imposible. Como Cecil, hay cientos de seminaristas que provienen de áreas que necesitan sacerdotes. Desde donde estamos, podemos ayudar con nuestra oración, nuestros sacrificios y con la ayuda económica para que reciban la formación que necesitan.

En esta tarea está la Fundación CARF -Centro Académico Romano Fundación-, que sugirió san Juan Pablo II al beato Álvaro del Portillo y comenzó a funcionar en 1989. Hoy ya han recibido esa formación 40.000 alumnos de 131 países, que son seminaristas, sacerdotes diocesanos y religiosos. Estudian en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma y en las Facultades de Estudios Eclesiásticos de la Universidad de Navarra, en Pamplona (España).

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