El 28 de diciembre, el Vaticano publicará una carta apostólica del Pontífice dedicada a san Francisco de Sales, cuatrocientos años después de su muerte.
San Francisco de Sales es patrón de los periodistas y en los mensajes para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales no falta referencia a su memoria y legado espiritual. Pero, en esta ocasión el Papa Francisco lo recordará con una Carta apostólica el 28 de diciembre, según ha sabido Aleteia.
Francisco firmará el texto con motivo de la celebración del 400 aniversario de la muerte de este santo (1567-1622), natural de Thorens, Saboya, donde vivió gran parte de su vida. Benedicto XVI lo definió: «un testigo ejemplar del humanismo cristiano».
Nació en el seno de una familia de la antigua nobleza local. El padre de Francisco no quería que fuera sacerdote, pero él siguió la llamada del Señor y, el 18 de diciembre de 1593, fue ordenado sacerdote.
En 1602 se convirtió en obispo de Ginebra, en un período en el que la ciudad era el bastión del calvinismo, tanto que la sede episcopal se encontraba «en exilio» en Annecy.
«Con su estilo familiar, con parábolas que tienen a menudo el batir de alas de la poesía, recuerda que el hombre lleva inscrita en lo más profundo de su ser la nostalgia de Dios y que sólo en él encuentra la verdadera alegría y su realización más plena» (Benedicto XVI, 02.03.2011).
Tras hacerse sacerdote en 1593, se opuso a la violencia durante toda su vida, prefiriendo apelar a la caridad y al testimonio. Después de haber intentado convertir a los calvinistas, decidió imprimir y distribuir sus sermones a la población de la ciudad de Thonon. Este recurso a la imprenta le valió el título de patrón de los periodistas en 1923.
San Francisco de Sales nunca fue un hombre de teorías y escribir libros por vanagloria, y mucho menos de escuela; escribía porque escribir le parecía parte de su sagrado ministerio. Acercar a las «almas» a Dios: «almas amantes» a la devoción del Señor (Introducción a la vida devota).
Un obispo que amó al pueblo
Como eclesiástico y obispo, san Francisco de Sales. fue de dulzura de acción singulares, tanto en su trato con los príncipes como, mucho más, en su trato con el pueblo (Enci. Treccani).
En 1610 fundó la Orden de la Visitación con la baronesa De Chantal, destinada a las viudas, enfermas o ancianas que deseaban abrazar la vida religiosa. Acompañando a la corte de Saboya a París, murió repentinamente de apoplejía en Lyon el 27 de diciembre de 1622.
Beatificado en 1661, canonizado en 1665, fue declarado doctor de la Iglesia en 1877 por Pío IX. Su fiesta se celebra el 29 de enero.
Santo de la comunicación no violenta
La elección de una carta apostólica sobre san Francisco de Sales no sorprende, ya que el papa, hasta ahora, ha puesto al santo saboyano como modelo de la comunicación no violenta.
A finales de 2018, en un mensaje publicado por Francisco con motivo de la Jornada Mundial de la Paz nos invitó a hacer «las paces con nosotros mismos, rechazando la intransigencia, la ira y la impaciencia y, como aconsejaba san Francisco de Sales, ejercitando un poco de ‘mansedumbre con nosotros mismos’ para ofrecer ‘un poco de mansedumbre a los demás’». De esta manera, ha destacado que la buena comunicación está al servicio de la paz.
El santo predicó mucho, hasta tres veces en un día; pero sólo se conocen uno o quizá dos de sus sermones impresos. «Dios es el Dios del corazón humano». El Tratado del amor de Dios ( I, XV) es su obra más importante. Sin embargo, sus obras ocupan 22 volúmenes.
Benedicto XVI lo definió así:
«Es apóstol, predicador, escritor, hombre de acción y de oración; comprometido en hacer realidad los ideales del concilio de Trento; implicado en la controversia y en el diálogo con los protestantes, experimentando cada vez más la eficacia de la relación personal y de la caridad, más allá del necesario enfrentamiento teológico; encargado de misiones diplomáticas a nivel europeo, y de tareas sociales de mediación y reconciliación» (02.03.2011).
Gran maestro de espiritualidad y de paz
Esta carta llegará cien años después de la encíclica firmada por el papa Pío XI en 1923 sobre este mismo santo. Con motivo del tercer centenario de su muerte, el papa publicó una encíclica titulada Rerum omnium perturbationem, en la que proclamaba al santo como patrón de los periodistas, editores y escritores.
«Porque él, con su ejemplo, les enseña claramente la conducta que deben adoptar. En primer lugar, que estudien con la mayor diligencia y, en la medida de sus posibilidades, lleguen al conocimiento de la doctrina católica; que procuren no faltar a la verdad, ni, so pretexto de evitar la ofensa de sus adversarios, atenuarla o disimularla; que cuiden de la misma forma y elegancia de palabra, y procuren expresar sus pensamientos con perspicuidad y ornamentación de palabras, para que sus lectores se deleiten en la verdad».
En diciembre de 2020, el papa Francisco optó por destacar la figura de san José como «patrón de la Iglesia universal», y tres meses antes, la de san Jerónimo, con motivo del centenario de su muerte. La elección de una Carta Apostólica del Papa Francisco no es casualidad, además porque San Francisco de Sales ha inspirado la espiritualidad y la pedagogía de nuestro tiempo. De hecho, su vida y obra influenció a san Juan Bosco y a santa Teresa de Lisieux.
Ya Benedicto XVI lo recordó como un «gran maestro de espiritualidad y de paz, que lega a sus discípulos el «espíritu de libertad», la verdadera, como culmen de una enseñanza fascinante y completa sobre la realidad del amor».
En efecto, Don Bosco recordaba siempre a sus jóvenes la siguiente máxima de San Francisco y llevarla en el corazón para aplicarla en todo lo que hacen:
«Esta es la regla de nuestra obediencia, que os escribo con letras mayúsculas: hacer todo por amor, nada por la fuerza,amar más la obediencia que temer la desobediencia. Os dejo el espíritu de libertad, ya no el que excluye la obediencia, pues esta es la libertad del mundo; sino el que excluye la violencia, el ansia y el escrúpulo» (Carta del 14 de octubre de 1604).
Publicar un comentario