Este 28 de diciembre, día en que la Iglesia recuerda a los niños asesinados por el rey Herodes, Mons. Villa indicó que la tragedia que sufrieron los santos inocentes se “ha repetido y se sigue repitiendo a lo largo del tiempo, con distintos y variados escenarios”.
Hay “nuevas víctimas, nuevos ‘Herodes’, que determinan la muerte, no sólo de niños cuando aún están en el vientre materno, sino también de jóvenes y adultos en masacres, mutilaciones, con la eutanasia, los atropellos a la dignidad de las personas, los bloqueos sicológicos”, aseguró.
El Prelado señaló que, con el paso del tiempo, esta fiesta litúrgica se ha desdibujado y ridiculizado “por causa del mundo que pregona ser ‘laico’ y por causa del secularismo y, en ocasiones, por la falta de respeto por lo religioso”.
Además, indicó que la pandemia actual ha descubierto lo noble y lo oscuro de las personas y ha dejado en evidencia que hay muy pocas cosas sobre las cuales la humanidad tiene algún control.
“Un virus invisible nos acuarteló, nos distanció y nos hizo notar que somos frágiles y no nos la sabemos todas”, subrayó.
Mons. Villa citó las palabras del Papa Francisco y recordó que durante este tiempo de dificultad ha “salido a la luz la fragilidad, la vulnerabilidad y la pequeñez humana, ante lo cual no nos queda otra opción que reconocer que dependemos del otro, incluso del que considerábamos más pequeño, para poder sobrevivir”.
Finalmente, recordó que frente a la oscuridad que presenta la pandemia, es necesario la esperanza y la solidaridad, y pidió a los Santos Inocentes que intercedan para sacar lo mejor de este tiempo de dificultad.
“Que los Santos Inocentes Mártires nos ayuden a sacar lo mejor, las mejores lecciones de vida, para que una vez superada esta contingencia estemos precisamente del lado de la vida, de la familia, del lado de la solidaridad, la justicia, la equidad, el servicio, del amor distintivo del discípulo de Cristo”, concluyó.
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