En una reciente entrevista, el presidente ejecutivo de la fundación pontificia ACN, Thomas Heine-Geldern, afirmó que durante este año marcado por la pandemia se ha intensificado la discriminación social contra los cristianos, sobre todo en Pakistán e India.
Además, señaló que en muchas otras regiones donde “los cristianos pertenecen a los estratos más bajos”, recibieron “muchas llamadas de auxilio de numerosas iglesias locales, desesperados gritos de socorro”, así como solicitudes de ayuda para la pastoral y labor caritativa. Entre estos países mencionó “Ucrania, la República Democrática del Congo o Brasil”.
Explicó que la Iglesia Católica en estos lugares “es a menudo el único refugio” para los cristianos “cuando fallan las instituciones públicas” o canales oficiales del gobierno, por ello, dijo que pusieron en marcha un programa de ayuda de emergencia.
Además, alertó que este año se han producido “ataques mortales a cristianos”, sobre todo en África, que “se ha convertido una vez más en un ‘continente de mártires’”.
Recordó los asesinatos del seminarista Michael Nnadi en Nigeria y del catequista Philippe Yargas en Burkina Faso. También el secuestro en Mali hace más de tres años de la religiosa colombiana Gloria Narvaez.
Heine-Geldern dijo que la fundación pontificia tiene planeado enfocarse en 2021 en la atención a “países del Sahel africano y Mozambique, donde el extremismo religioso y la presencia de violentos islamistas radicales van en aumento”. “No debemos dejarlos solos”, agregó.
Señaló que los terroristas están “destruyendo la coexistencia antes pacífica entre cristianos y musulmanes para obtener recursos y poder”. Entre las víctimas de estos ataques están los cristianos que se retiraron o fueron expulsados de sus hogares o lugares de origen.
Sobre la situación de los cristianos en Oriente Medio, el presidente de ACN dijo que desde el inicio de la guerra en Siria y las conquistas del Estado Islámico (ISIS), la fundación ha venido “apoyando proyectos de ayuda en Siria e Irak por más de 90 millones de euros”, entre otros destinados a los refugiados.
Señaló que los cristianos en Siria aún “se sienten inseguros y piensan emigrar, pues la situación económica y política no les inspira confianza”. Explicó que el yihadismo sigue siendo un problema que aún no ha sido “desterrado” y que la situación empeora pues Líbano, que siempre ha sido un refugio y apoyo para los cristianos, hoy “atraviesa una profunda crisis” tras la explosión en Beirut.
Pese a este panorama adverso, el director de ACN dijo que también hay signos de esperanza. Por ejemplo, mencionó que casi la mitad de familias cristianas en la Llanura del Nínive (Irak), regresaron a sus pueblos y que la reconstrucción de Siria está en proceso.
En medio de esta situación, dijo que la visita del Papa Francisco será “un gran rayo de esperanza”.“Nosotros le estamos inmensamente agradecidos al Papa por su propósito de visitar a los cristianos en Irak [en marzo], porque ellos le necesitan”, dijo.
Heine-Geldern dijo que en Asia “los movimientos nacionalistas y los sistemas de gobierno autoritarios dificultan la vida de muchos cristianos en la región”.
Explicó que en “algunos países asiáticos” el cristianismo es considerado una “influencia perniciosa del extranjero que amenaza la supremacía del partido en el poder a la supuesta cohesión de una nación”.
Por ejemplo, en China, mencionó la sinicización’, “adaptación de la doctrina y la tradición de la Iglesia a la ‘cultura china’, según la entiende el Partido Comunista Chino”, y también puso como ejemplo la corriente “‘hindutva’, que identifica a la India con el hinduismo”.
Finalmente, basándose en el último informe sobre persecución religiosa de cristianos que será publicado en abril de 2021, comparó el año 2019 y 2020 y dijo que “la situación de la libertad religiosa no ha mejorado, sino que ha empeorado en todo el mundo”.
Si bien afirmó que este año “no se dieron ataques masivos contra los cristianos y otros grupos religiosos” como en 2019, sí hubo “mucha discriminación y persecución que permanecen ocultas o a las que la comunidad internacional presta demasiado poca atención”.
Al respecto, explicó que “en muchos países del mundo, donde no hay una persecución oficial, está surgiendo un resentimiento cada vez mayor hacia las personas religiosas, algo que también está ocurriendo en Europa”.
“Actualmente, los cristianos están expuestos a un ataque radical y profundo desde dos frentes: uno quiere destruir las raíces cristianas y crear una sociedad puramente individualista sin Dios y el otro intenta radicalizar a la gente e imponer por la fuerza un sistema islamista fundamentalista sembrando el terror y la violencia, abusando del nombre de Dios y de la religión”, concluyó.
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