Es en la presencia de Dios que cada persona encuentra el sentido de su propia existencia
El Nacimiento
En Navidad celebramos un nacimiento, el nacimiento de Jesús. Él todavía no había realizado ningún milagro; no había convertido el agua en vino, no había curado enfermos, ni había sucedido la pesca milagrosa. Pero Navidad es fiesta porque nació, porque ya es el Emanuel. Y nos alegramos del hecho de existir, de estar en el mundo.
La Presencia
En Navidad también celebramos una presencia, la Presencia entre la humanidad del Amor. Una llegada esperada desde siempre; en medio de conflictos y desigualdades. Y ha llegado para quedarse anidando en el corazón de cada ser humano.
Es en la presencia de Dios que cada persona encuentra el sentido de su propia existencia. Por eso Navidad es también ocasión para celebrar la existencia de cada ser humano.
La vivencia eterna
No hay que cerrarse a un evento aislado y de un solo día, sino a la vivencia continua y eterna en la historia de la humanidad y de cada uno de nosotros. Pues Jesús nace cada vez que se le abre la puerta, y que hay amor entre personas de buena voluntad.
Con el tiempo nos hemos olvidado de regocijarnos por lo que somos, y premiamos más lo que hacemos; las grandes proezas que llevamos a cabo. Por eso en Navidad, tenemos la oportunidad de volver a alegrarnos de existir en el que Es, en el que Existe.
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