El pasado 7 de marzo, la imagen mariana restaurada estuvo presente en el altar de la Misa que presidió el Santo Padre en el estadio Francis Harari en Erbil, capital de la región del Kurdistán iraquí.
Allí el Papa la bendijo ante miles de fieles que participaron en la Eucaristía.
La imagen mariana estuvo en la iglesia St. Adday en la ciudad de Karamlech, situada a unos 60 kilómetros al sureste de Mosul. En 2016 el templo fue profanado e incendiado por los terroristas del Estado Islámico (ISIS), que dejaron destrucción y desolación a su paso.
El P Thabet Habeb, párroco de St. Adday y que estuvo con sus fieles en la Misa en Erbil, explicó a ACI Prensa que “la imagen volvió a Karamlech el jueves 18 de marzo”.
“El viernes 19 la pusimos en la iglesia con una ceremonia sencilla en la que participaron los fieles de la parroquia que estaban haciendo el Vía Crucis”, relató.
“Tenerla aquí es un signo de coraje y valentía para el pueblo. Que puedan ver todos que la imagen destruida y restaurada vuelve a la iglesia con una nueva apariencia es un bello signo”, afirmó. “Esto los alienta a tener el coraje de continuar”, aseguró el sacerdote.
El P. Habeb también contó a ACI Prensa que la imagen mariana “en Semana Santa estará en nuestras celebraciones junto a la cruz que enviamos a Mosul para la oración con el Papa”.
“Esa cruz volvió el 8 de marzo y se quedará en la iglesia. Con ella haremos el Vía Crucis en Viernes Santo”, agregó.
Los fieles de la iglesia St. Adday también hicieron una cruz de tres metros de alto que estuvo presente en la ciudad de Mosul, donde el Papa presidió una oración de sufragio por las víctimas de la guerra, en la llamada Plaza de las Iglesias.
El P. Habeb dijo a ACI Prensa que “luego de la visita del Papa esperamos que pueda haber algo de desarrollo y atención para la comunidad caldea. Según las estadísticas somos alrededor de 150 mil en todo el país”.
Sobre el rito caldeo, uno de los ritos orientales de la Iglesia Católica, el P. Thabet dijo hace unos días que este se centra “en la economía de la salvación que nos hace volver al siglo II. Es una Iglesia muy antigua con costumbres de los primeros cristianos, con la mentalidad del gran poeta San Efrén, nuestro teólogo”.
“Nuestro rito se centra en el martirio, en la esperanza de la resurrección de Cristo”, resaltó.
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