El 8 de marzo, Día de la Mujer, un grupo de feministas vandalizó la Catedral. Varias de las mujeres patearon la puerta del templo y rayaron las paredes con escritos como “8M”, “violadores”, “nos queremos vivas”.
Según indica un medio local, la violencia feminista fue por la postura de la Iglesia “frente a temas tan sensibles como lo es el aborto. Muchas de ellas piden que sea libre y sin ningún tipo de control del Estado”.
Las mujeres también vandalizaron monumentos del centro de Ibagué, capital del departamento de Tolima. Un reportero gráfico fue atacado también por las feministas, porque la jornada del 8M “solo podían cubrirla mujeres”.
“La Iglesia de Ibagué lamenta y llora los hechos vandálicos contra su Catedral, lugar sagrado que está destinado al encuentro con Dios y que ha sido testigo del desarrollo del pueblo tolimense, patrimonio cultural que debe ser valorado, conservado y custodiado”, escribió la Arquidiócesis en un comunicado publicado el 9 de marzo en su página de Facebook.
La Arquidiócesis de Ibagué señaló que “el derecho canónico considera este tipo de atentados como una profanación a los lugares sagrados y señala que deben ser reparados con un acto penitencial”.
“En este sentido, con toda la comunidad católica tolimense, acudiendo al patrocinio de la Virgen Inmaculada, patrona de la Catedral, modelo de mujer y abogada nuestra, rogaremos al Señor para que tenga misericordia de su Pueblo, conceda la conversión de los corazones altivos y nos muestre luces para seguir defendiendo la dignidad de la mujer según la ley de Cristo que es la ley de la libertad y del amor”, agregó el comunicado firmado por Mons. Roa Barbosa.
El texto afirmó que la Iglesia reconoce que “no ha sido fácil para las mujeres abrirse paso como actores esenciales en la vida social”. Sin embargo, “la hostilidad y agresividad manifestadas el pasado lunes promueven la violencia y la vulneración no solo a estructuras arquitectónicas sino a la dignidad misma de la mujer”.
En ese sentido, aseguró que “siguiendo el ejemplo de Jesús, que supo siempre rodearse de mujeres que le ayudaron de manera cercana en su misión evangelizadora”, la Iglesia continuará “defendiendo la dignidad de la mujer”, reconociendo “su importante papel en la vida eclesial”.
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