El Prelado, de 68 años, había participado la noche del Viernes Santo en un Via Crucis ecuménico.
La Conferencia Episcopal de Uganda dijo el 3 de abril que sus miembros “extienden sus condolencias al clero, religiosos y fieles de la Arquidiócesis de Kampala, y a la Iglesia Católica en Uganda”.
Mons. Kizito Lwanga había predicado en el Via Crucis ecuménico anual en la Catedral Namirembe, la catedral anglicana de Kampala el 2 de abril, Viernes Santo.
En esa ocasión, el Prelado recordó que “Jesús murió por ti, Él murió por mí, Él murió por toda la humanidad”.
Stephen Kaziimba, arzobispo anglicano de Uganda, dijo hoy que “apenas ayer caminamos juntos el Via Crucis, y es un shock para todos nosotros”,
“Se extrañará mucho su clara voz evangélica de defensa de los pobres y oprimidos, su compromiso con la unidad cristiana y la justicia para todos”, aseguró.
El fallecido Arzobispo nació en 1953, y fue ordenado sacerdote de la Arquidiócesis de Kampala en 1978.
Fue nombrado Obispo de Kasana-Luweero en 1996 y consagrado Obispo el 1 de marzo de 1997.
Fue nombrado Arzobispo de Kampala en 2006.
En junio del año pasado, al conmemorar el Día de los Mártires en Uganda, el fallecido arzobispo pidió al pueblo de Dios bajo su cuidado pastoral que siga el ejemplo de los mártires de Uganda, para así fortalecer su fe dentro de sus familias en medio de la pandemia de coronavirus COVID-19.
“Es tiempo que fortalezcamos la Iglesia doméstica, siguiendo el ejemplo de los mártires de la Iglesia temprana, y al hacerlo nos volvamos máas fuertes en la fe”, dijo Mons. Lwanga el 3 de junio de 2020, en la fiesta de San Carlos Lwanga y sus compañeros.
Mons. Lwanga también alentó a los miembros de las familias a tener y leer la Biblia diariamente, diciendo que “afortunadamente para nosotros como católicos todos los días del año tenemos lecturas sobre las que se nos invita a meditar. Y todas esas lecturas nos invitan a una renovación. Leámoslas y meditémoslas como familia”.
Antes de que la pandemia se extendiera en Uganda, el Prelado había prohibido a la recepción de la Sagrada Comunión en la mano, y reafirmó que aquellos que vivan “una convivencia marital ilícita” no pueden recibir la Eucaristía.
Traducido y adaptado por David Ramos. Publicado originalmente en ACI África.
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