Receta anti Covid-19 de Carlos Curiel Herrera, médico y nuevo obispo de Venezuela
Carlos Curiel Herrera es el nuevo obispo de una diócesis de Venezuela. Antes de consagrarse religioso con los escolapios, trabajó como médico. Su “receta” contra la COVID-19 debe aplicarse con urgencia…
Venezuela quedó gratamente sorprendida este 30 de marzo, con el nombramiento de monseñor Carlos Enrique Curiel Herrera, como obispo de la diócesis de Carora (estado Lara). Para muchos también fue una sorpresa conocer que antes de ingresar a los padres escolapios, el actual obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Cochabamba (Bolivia), es además, médico cirujano, profesión que ejerció durante varios años en Venezuela.
Carlos Enrique Curiel Herrera (Sch.P.), nació en Carora, el 4 de julio de 1960. De 1978 a 1985 estudió medicina y cirugía en la Universidad de Los Andes en Mérida, con un postgrado en anestesiología, y ejerció por algunos años la profesión médica, dice la hoja de vida enviada a Aleteia desde la Conferencia Episcopal Venezolana.
Coherente con su primera profesión, en medio de la pandemia que se vive en Bolivia y el resto del mundo, Curiel Herrera hizo algunas recomendaciones para enfrentar la pandemia. Su “receta” de amplio espectro, está publicada en el portal de la Arquidiócesis de Cochabamba, “infundiendo esperanza, activando la solidaridad e impulsando la oración”, como dice el obispo. Su aplicación en Venezuela es urgente.
La expansión del virus depende del sentido común
Carlos Curiel aborda el tema de la pandemia con varios puntos que no son nada despreciables para quien conoce los aspectos sanitarios. No deja por fuera tanto la salud física como la espiritual. Especialmente, dice que el riesgo de expansión de la COVID-19, dependerá del sentido común y responsabilidad de cada ciudadano para evitar el contagio.
“La situación del COVID19 en Bolivia, como en todo el mundo, la veo con mucha preocupación, porque aún no se sabe a ciencia cierta el comportamiento de este virus y no sabemos el riesgo de expansión al entrar en cuarentena dinámica”, dice el médico y religioso.
“Si no tenemos mucho cuidado, y el porcentaje de población afectada sube de golpe, esto será inabordable. Va a depender mucho del sentido común, el sentido de responsabilidad de cada ciudadano en adoptar las medidas que conocemos para evitar el contagio, la expansión”.
Se necesitan pruebas diagnósticas oportunas y ágiles
“Es muy importante que todos tomemos conciencia de la gravedad del problema. Es fácil decir que el sistema de salud, los sistemas epidemiológicos, fracasaron, pero fracasamos muchos de nosotros”, alienta en sus recomendaciones.
“Hace falta que el sistema de salud sea organizado, operativo, bien asesorado, sabiendo que tiene que invertir en riesgos de baja probabilidad, es decir, se necesitan pruebas diagnósticas oportunas y ágiles, aun sabiendo que muchas podrán ser negativas, pero será una manera importante de detectar riesgos”, propone como si estuviera pensando en su Venezuela natal.
“Siguen siendo muy importantes, y determinantes, las medidas que tomemos y cómo actuemos en esta situación. Si mantenemos las medidas de distanciamiento social, la higiene frecuente de manos, uso del barbijo (tapabocas), entre otras, podremos controlar mejor la transmisión”.
“No salgamos de casa, salvo necesidades importantes y urgentes, tomando las debidas medidas de bioseguridad”, indica el próximo obispo de Carora.
Por otra parte, expresa que “nuestra fe, nuestro ser Iglesia, demanda la necesidad de vivir y celebrar los Sacramentos. Esto quiere decir que la adoración a Dios no se debe limitar a un lugar geográfico, a un espacio físico. Esto no quita el lugar privilegiado, más no exclusivo, de encuentro con Dios y con los hermanos, que es el Templo”.
Fortalecer la iglesia doméstica y orar en familia
Varios aspectos de sus propuestas están dirigidas a la familia. “Las familias que meditan y viven en la Palabra de Dios, están cimentadas sobre roca”. Para esta fortaleza pide “orar en familia, estrechar los lazos de amor, reconciliarse, cuidarse mutuamente”.
Sugiere ayudarse “unos a otros» para «enfrentar y transitar esta crisis readaptando rutinas pidiendo a Dios paciencia, infundiendo esperanza, activando la solidaridad e impulsando la oración. Oren en familia”, indica el que será el cuarto obispo de la diócesis de Carora.
Seguir las actividades por las redes sociales
“Aprovechen, los que tienen posibilidades, los espacios de oración, celebraciones, que se dan por las redes sociales”, dice acerca de una de las recomendaciones en que la iglesia hace hincapié en Semana Santa.” Estrechen los lazos de amor entre los miembros de familia, si hay algo que reconciliar, reconcíliense en profundidad, y vivan un Pentecostés renovado, donde, desde la diversidad de carismas puestos al servicio de la familia, fortalezcan la unidad de la misma”.
Pide cuidarse mutuamente y de manera especial a los más vulnerables. “Incentiven la solidaridad hacia aquellos que están sufriendo más la pandemia y sus consecuencias, y pidan a Dios la Sabiduría para saber ubicarse en este momento difícil y responder con generosidad”, escribió.
“Contribuyamos todos en afrontar la pandemia, y sus consecuencias. Como nos decía el Papa Francisco: “debemos remar juntos”, activemos la solidaridad, desde nuestras posibilidades, sobre todo hacia aquellos más vulnerables, que están padeciendo más por esta enfermedad y sus consecuencias sociales, políticas y económicas. Infundamos esperanza, cuidándonos de no sembrar pánico, sino corresponsabilidad”, indicó monseñor Carlos Curiel.
Sin miedo de tomar por esposa a Carora
Este 30 de marzo, al conocerse que monseñor Carlos Curiel fue nombrado obispo de la diócesis de Carora, dirigió unas palabras al concluir la celebración de la Misa Crismal, en Cochabamba. “Hoy el Señor me dice no tengas miedo Carlos, toma como esposa a Carora”, dijo emocionado.
De acuerdo con el portal reflejó tener sentimientos encontrados para recibir el llamado con corazón y espíritu humilde, para que sea la fuerza del Espíritu quien lo guíe. “Hoy para el pueblo donde nací, donde me crie, donde crecí, desde mi infancia; que me enseñe el Señor a poderlos instruir sobre la acción salvadora, sobre esa acción salvadora que está llena de ternura y de amor”.
Agradeció a la Iglesia de Bolivia, a la Iglesia en Cochabamba:
“No tengo palabras para agradecer a mis hermanos obispos, a mis hermanos sacerdotes, gracias por ser hermanos, gracias por ser amigos, gracias por ser compañeros de camino, con mayúscula. Seguimos al Señor, somos sus discípulos y misioneros. Y quiero contemplar el misterio pascual signo y expresión de la máxima obediencia por amor, para decirle Señor, quiero configurarme contigo, fiel y obediente”, expresó.
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