Deseos poderosos para una Navidad en pandemia

Las fiestas del 2020 seguramente las recordaremos toda la vida, ¿sabes ya lo que les vas a pedir a los Reyes Magos?

No sé bien cómo colocar mi pesebre este año. Guardando las distancias que la sanidad me impone, buscando que todo esté en orden para que no haya contagios. Los pastores, los reyes, José y María con mascarillas.

Evitaré los abrazos y las distancias cortas. Buscaré que mi pesebre no esté contaminado para que Jesús venga al mundo y no se contagie con enfermedades. Seré muy precavido y prudente para evitar males mayores.

Miro la Navidad que se aproxima a marchas forzadas, o yo hacia ella, lentamente, paso a paso. Un tiempo distinto de espera, de búsqueda, de sueños de niño, de miradas y sonrisas, de recuerdos guardados en lo más hondo del alma.

Un tiempo de luces y cantos que despiertan ecos, melodías nunca olvidadas, simplemente dormidas, muy dentro de mi pasado.

Un camino de esperanza que pasa por el miedo

Avanzo cauteloso por este camino de Adviento, sin prisas, tomándole la medida a lo que vivo. Es todo tan distinto… Hay más miedo, más rabia, más dolor, más injusticia, más inseguridad.

OLD WOMAN
Di TeodorLazarev|Shutterstock

Porque son injustas la muerte y la pérdida, y duele esa enfermedad que altera todos mis planes. Una Navidad distinta y un Adviento extraño de esperas imposibles.

Mi corazón sueña con cumbres más altas que nunca he visto. Deseo llegar más lejos, más hondo, más dentro.

El Adviento saca de mí recuerdos de mi historia aún cercana. De hojas caídas del otoño, de luces en las calles y en las plazas, de olor a musgo y a abeto, de regalos y escaparates llenos de luces y reclamos.

Un camino de esperanza en medio de miedos fundados e infundados. De planes rotos y otros recompuestos.


COFFEE

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Quiero acariciar al buey y a la mula, sin guardar distancias. Y besar al Niño, abandonarme en un abrazo de cielo.

No sé, puede que no me dejen. Hay que cuidar las distancias, ¿me estaré volviendo insensible? No quiero que en este Adviento que comienza se muera mi misericordia. Esa mirada mía hacia el que sufre, sacándome de mis muros.

Me habla el Adviento de aproximarme, de salir, de ir al encuentro. Y es eso lo que me tienen prohibido.

Una Navidad para recordar

Puede que esta sea una Navidad distinta, un Adviento diferente con diferentes posadas. Un tiempo extraño y único que quedará grabado en mi alma para siempre.

Porque lo que estoy viviendo en estos meses es una experiencia honda que nunca olvidará mi corazón tan acostumbrado a pasar página.

SELFIE
Shutterstock | Perfect Wave

No olvido. Me pongo en camino con el corazón, con el alma, con mi voz. No le tengo miedo a las nubes que amenazan en medio de la noche llena de estrellas.

La carta a los Reyes más esperanzadora

Tengo claro los regalos que les pediré a los Reyes Magos, cuando se acerque la hora.

pixabay

Quiero paz que acabe con la guerra, salud que acabe con la enfermedad, certezas que acaben con la incertidumbre.

Quiero abrazos que acaben con mi soledad, un amor más fuerte que venza el abandono y la ofensa, trayendo perdón. Y sonreír por encima de mis tristezas y mis temores de invierno.

Saber que mis sueños son más fuertes que la muerte y se harán realidad. Igual que esos árboles desnudos del otoño volverán a vestirse de vida.

Quiero construir un pesebre en el que todos se encuentren y se quieran. Esperar a que nazca el Niño dentro de mi alma, en mi familia. Y dibujar caminos que conduzcan siempre al cielo, sin detenerse en medio de la lucha.

Un paraíso soleado

Sueño con ese paraíso donde las sombras se rompan por la fuerza del sol que nace. Quiero estar en un lugar donde los cantos no dejen de entonarse. Porque la vida siempre es más fuerte que la muerte.

FREEDOM
Eldar Nurkovic - Shutterstock

Quiero pintar mi árbol de muchos colores. Y encender mil luces que parezcan estrellas. Cantar a la puerta del pesebre esa canción llena de esperanza, de alegría, para que me dejen pasar muy dentro.

Sostener al que sufre y levantar al caído. Quiero abrigar al desnudo y sanar al herido. Que el viento me anime a esperar lo que aún no tengo, y a desear lo que he perdido.

Quiero que la luz acabe con tantos miedos que llevo dentro ocultos en mi noche más oscura.

Y deseo que brote de mis entrañas una vida nueva llena de esperanza. Donde haya más abrazos y más besos, más cercanía que distancia, más miradas de amor que miradas de desprecio.

Sueño con ese mundo en el que la paz venza a la guerra, donde no haya sospechas ni abandonos. Sueño en Navidad con ese mundo nuevo que espero encontrar entre mis manos al poner el pesebre hoy en mi capilla.

Y quiero construirlo al colocar luces encima de mi árbol. Esperando que todo cambie algún día y se convierta en una vida distinta a la que vivo. Mejor, más plena, con más luz y alegría.

THANK YOU
Řaj Vaishnaw | Pexels

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