“El Consejo Permanente reflexionó sobre la situación actual de la pandemia y decidió reanudar las celebraciones de la Eucaristía con la presencia de la asamblea a partir del 15 de marzo”, indica una nota de la CEP enviada el 11 de marzo a la Agência Ecclesia, medio del episcopado portugués.
Sin embargo, los obispos piden evitar las procesiones y otras manifestaciones de piedad popular para evitar “riesgos para la salud pública”.
Las Misas con presencia de fieles en Portugal están suspendidas desde enero, y se reanudarán según las directrices de la CEP publicadas en mayo de 2020 y “de acuerdo con las normas de las autoridades sanitarias”.
Las directrices incluyen: “normas para la limpieza de espacios, personas y objetos de culto, la reserva de cuatro metros cuadrados para cada participante, el uso obligatorio de una mascarilla y la adecuación de los rituales litúrgicos para evitar el contacto en el contexto de la pandemia.
“En cuanto a la celebración de otros sacramentos, observe las reglas de salud y seguridad a las que se refieren las mismas pautas”, agrega el comunicado del CEP.
Los obispos también recuerdan que, el 17 de febrero, el Vaticano dio a conocer una serie de pautas para la celebración de la Semana Santa en el contexto de pandemia, similar a lo ocurrido en 2020, asumiendo la necesidad de “cambios en la forma habitual de celebrar la Liturgia”.
En la próxima reunión de abril, la CEP indicó que reevaluará estos lineamientos, “tomando en cuenta la situación pandémica del país”.
Indicaciones para Semana SantaEl primer cambio tangible en las celebraciones de Semana Santa debido a las nuevas pautas tiene lugar el Domingo de Ramos, en el que se pide evitar multitudes de creyentes en la entrada de las iglesias y los participantes deben llevar sus ramos a casa.
“Los obispos indican que, el Domingo de Ramos, la celebración debe seguir la segunda forma prevista por el Misal Romano y, si fuera el caso, “la tercera forma del Misal Romano, que simplemente conmemora la entrada del Señor en Jerusalén”, dice la nota de la Agencia Ecclesia.
“Evita las reuniones de los fieles. Los ministros y los fieles tienen en sus manos la rama de olivo o la palma que traen consigo; de ninguna manera se permite la entrega o el intercambio de estas”, señala la CEP.
En cuanto a la Misa Crismal, que reúne al clero diocesano en torno al obispo, se puede celebrar la mañana del Jueves Santo o, según la costumbre de algunas diócesis, el miércoles por la tarde.
“Si 'una representación significativa de pastores, ministros y fieles' no es posible, el obispo diocesano debería considerar transferirlo a otro día, preferiblemente dentro del tiempo de Pascua”, recomienda la Conferencia Episcopal.
Como en 2020, en la Misa vespertina de la “Cena del Señor” se debe omitir el rito del lavamiento de pies.
“Al final de la celebración, el Santísimo Sacramento podrá ser llevado, según lo previsto en el rito, al lugar de reemplazo en una capilla de la iglesia donde se pueda realizar el culto, de acuerdo con las normas para el tiempo de la pandemia”, señalan los obispos católicos.
Para el Viernes Santo, se cita una indicación del Misal Romano –“en caso de necesidad pública grave, el Ordinario del lugar puede autorizar o incluso decretar que se agregue una intención especial” – se pide a cada obispo que introduzca en la oración la intención universal “por los enfermos, los fallecidos y los doloridos que han sufrido alguna pérdida”.
“El acto de adorar la Cruz mediante el beso se limita únicamente al presidente de la celebración”, indica el texto de los obispos portugueses.
La Vigilia Pascual, sin embargo, “puede celebrarse en todas sus partes, según lo previsto por el rito”.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en ACI Digital.
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