El equipo femenino se rebeló y empleó shorts y top, porque afirman que el bikini distrae, resta autoestima y llega a ser incómodo
El equipo femenino de balonmano playa de Noruega asumió el pasado día 20 una multa de 1.500 euros en el campeonato de Europa porque sus integrantes se negaron a emplear el bikini. Esta es la prenda que marcan las normas pero ellas han dicho basta a una obligación que consideran machista e injusta.
La sanción les cayó por llevar lo que la organización consideró «ropa inadecuada». Y es que el reglamento estipula que las chicas deben ir con una prenda que en su parte inferior no supere los 10 centímetros de ancho. La braguita debe ir «con un ajuste ceñido y cortado en un ángulo hacia arriba hacia la parte superior de la pierna». Esta es una medida que siguen la Federación Internacional de Balonmano y la Federación Europea de Balonmano.
En cambio, para los hombres la normativa no es tan estricta: solo dice que los pantalones no sean “demasiado holgados” ni se alarguen más allá de “10 centímetros por encima de la rótula”.
Incómodas porque es «demasiado revelador»
Las deportistas encuentran que llevar bikini es «demasiado revelador», sobre todo en movimiento y no quieren verse expuestas al público. De hecho, se sienten miradas por su cuerpo y eso les incomoda, les resta autoestima, les humilla y puede llegar a desconcentrarles.
A esto se añade un asunto de salud femenina: la dificultad de los días en que una jugadora tiene la menstruación, puesto que la poca cantidad de ropa de un bikini no ayuda a desenvolverse con naturalidad en el deporte. Esto es todavía más preocupante para ellas, que son deportistas de élite.
La capitana de la selección, Katinka Haltvik, explicó a la radiotelevisión pública noruega (NRK): «Primero nos dijeron que recibiríamos una multa de 50 euros por persona y partido, lo que supondría una sanción de 5.000 euros. Y respondimos que de acuerdo», pero a esa advertencia le siguieron “las amenazas” de que se les iba a descalificar.
La selección noruega femenina de voley playa asumió las consecuencias de lo que se podía derivar al desobedecer en esa norma que consideran injusta. Así pues, jugaron el correspondiente partido contra España en mallas (un short arrapado a la piel) a modo de pantaloncito.
Publicar un comentario