En un comunicado remitido a ACI Prensa, Misión Ruah, organización católica que coordinó la procesión, realizada el 5 de diciembre, destacó la importancia de esta manifestación de fe en Basilea, “una ciudad que había prohibido anteriormente las procesiones eucarísticas por casi 100 años”, entre 1822 y 1911.
Se estima que alrededor de un cuarto de la población de Basilea, de alrededor de 180 mil habitantes, es católica.
Poco más del 23% de los habitantes de Basilea pertenecen a la iglesia reformada suiza y un creciente número, actualmente más del 31%, se declaran agnósticos o ateos.
Suiza, que actualmente no tiene una religión oficial, fue un punto clave en la reforma protestante en el siglo XVI. Una de sus ciudades más grandes, Ginebra, llegó a ser conocida como “la Roma protestante”.
Misión Ruah señaló que el Santísimo Sacramento cruzó la ciudad, bendiciéndola a su paso.
El motivo especial de esta procesión, señaló, fue “dar gracias por el Año de San José y pedir al protector de la Santa Iglesia su intercesión”.
La procesión, indicó Misión Ruah, es fruto de un constante trabajo y oración de los fieles de la parroquia de San Antonio, que el 1 de septiembre de 2018 comenzaron con una jornada de 24 horas de adoración eucarística.
El trabajo pastoral, señaló, creció poco a poco, con adoraciones eucarísticas realizadas cada jueves.
A pesar de las restricciones impuestas por las autoridades civiles a causa de la pandemia de COVID-19, que incluyeron la suspensión de Misas con presencia de fieles, las jornadas de adoración eucarística de los jueves pudieron continuar, y se convirtieron en algo diario, desde las 7:00 a.m. hasta las 7:00 p.m.
Precisamente, destacó la Misión Ruah, las adoraciones eucarísticas diarias en la parroquia San Antonio comenzaron el 19 de marzo de 2020, en la fiesta de San José.
En la procesión eucarística del 5 de diciembre participaron fieles de muchas parroquias y nacionalidades, entre ellos suizos, ingleses, franceses, polacos y españoles.
También participaron las Hermanas Adoratrices del Real Corazón de Jesucristo Sumo Sacerdote.
Al cruzar el puente de Dreirosenbrücke, el sacerdote que presidió la procesión eucarística pidió a los fieles detenerse y bendijo desde ahí toda la ciudad de Basilea.
Para la Misión Ruah, “esta procesión histórica nos recuerda lo que es verdaderamente esencial en tiempos de oscuridad e incertidumbre”.
“Nos recuerda el papel singular que ocupa San José como protector de la Santa Iglesia, y nos da esperanza para el futuro para mantenernos cerca de Nuestro Señor”, expresó.
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