Descubre una parte de la Liturgia de las Horas que contiene la sabiduría milenaria de la Iglesia católica
Antes de hablar de lo que es el Oficio de Lectura, conviene hablar necesariamente de la Liturgia de las Horas, de la cual hace parte.
Liturgia de las horas
¿Qué es la Liturgia de las Horas? La Liturgia de las Horas es, como su nombre lo indica, una acción litúrgica que se lleva a cabo en diferentes horas o momentos del día; oraciones en las que los salmos tienen un lugar preponderante.
La tradición de recitar oraciones a ciertas horas del día o de la noche se remonta a los judíos, en quienes la Iglesia, desde sus orígenes, se ha inspirado.
Esta liturgia, llamada también Oficio Divino (deber cumplido para Dios), hace parte de la oración oficial y pública de la Iglesia.
¿Cuáles son estos momentos de oración de la Iglesia en las diferentes Horas del Oficio Divino? Estos momentos son siete:
- Las Laudes (a las 6:00 a.m.)
- La hora intermedia tercia (a las 9:00 a.m.)
- La hora intermedia sexta (a las 12:00 m.)
- La hora intermedia nona (a las 3:00 p.m.)
- Las Vísperas (a las 6:00 p.m.)
- Las Completas (antes del descanso nocturno) y
- El Oficio de Lectura.
La división del día en siete partes tiene su origen en el salmo, que dice:
«Siete veces al día te alabo por tus justos juicios».
Sal 118, 164
El Oficio de lectura antiguamente se llamaba maitines porque se rezaba a altas horas de la madrugada, y se basaba en el salmo que dice:
«Me levanto a medianoche a darte gracias por tus justos juicios”.
Sal 118, 62
Este Oficio de lectura es una celebración comunitaria de la Palabra de Dios que, a menos que una comunidad esté obligada a rezarlo bien de madrugada, puede ser celebrado a cualquier hora.
Se puede, incluso, integrar con una de las otras celebraciones de la Liturgia de las horas.
Qué es exactamente el oficio de lectura
El oficio de lectura es una meditación y posterior oración a partir de una lectura más amplia de la Palabra de Dios (un texto de la Sagrada Escritura) y de la palabra o del magisterio de la Iglesia (un comentario bíblico de los Padres de la Iglesia o de otros autores espirituales, y textos del magisterio de la Iglesia).
El Oficio de Lectura se compone de una introducción de la celebración, la salmodia, las lecturas y una conclusión.
1Introducción
Esta introducción es similar a la de las otras Horas. Pero si el Oficio de Lectura se celebra antes de Laudes, entonces tiene un forma más solemne, como corresponde al inicio de todo el Oficio del día. Se comienza con la invocación «Señor, ábreme los labios…» y en seguida se reza o canta el invitatorio con el Salmo 94, que exhorta a la alabanza del Señor y a escucharle.
2Salmos
En el Oficio de lectura hay tres salmos, o fragmentos de los mismos, cuando los salmos que corresponden son más largos. Estos salmos, que a un tiempo son oración y Palabra inspirada, son ya una primera aproximación contemplativa al mensaje de la lectura bíblica.
3Las lecturas
Las lecturas constituyen la parte central de la celebración, y por eso dan el nombre a esta hora del Oficio Divino. Entre la salmodia y las lecturas se dice una antífona, que sirve para integrar ambas partes. Después de cada lectura viene un responsorio.
4Conclusión del Oficio
En los domingos, fuera de Cuaresma, en fiestas y solemnidades, y en las octavas de Navidad y Pascua, se recita el Te Deum. Este himno, según lo vemos en la Regla de San Benito (el gran impulsor y propagador del rezo según los salmos en ciertos momentos del día que llamó horas canónicas), estaba ya presente en esta hora a comienzos del siglo VI. El Oficio termina con la oración propia del día y con la aclamación: Bendigamos al Señor: Demos gracias a Dios.
Encuentra aquí el Oficio de Lectura y la Liturgia de las horas cada día
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