Háblanos un poco de ti. Eres activista social desde los 9 años de edad. ¿De dónde nace esta inquietud?
Soy de una comunidad originaria de México. A partir de los 9 años participaba en “Visión Mundial de México” y comencé a hacer actividades. Ahora puedo decir que yo era activista, pero en aquel momento no sabía que estaba haciendo activismo. Desde los 9 años empecé con niñas y niños que iban conmigo a las escuelas en un ejercicio con metodología educativa donde se les apoyaba para regularizar a mis compañeros en sus materias.
Posteriormente formamos grupos de derechos humanos de adolescentes y jóvenes y bueno, fue como empezamos a crear lazos a nivel del país.
Del tema de los jóvenes me gustaría preguntarte. ¿Cómo es la juventud en México? ¿Cuáles son fundamentalmente sus problemas?
En México somos 38,5 millones de jóvenes (de los 12 a los 29 años). Y en esa juventud es sumamente diverso: Tenemos juventudes de pueblos originarios, tenemos juventudes urbanas y también vamos a tener jóvenes de las comunidades LGTB, mujeres feministas… Tenemos una juventud demasiado diversa y sin embargo a nivel nacional el Instituto Mexicano de la Juventud es el que instrumenta e implementa políticas en materia de juventud.
Es un poco complicado, porque al ser tan diversa la juventud y tener tantas problemáticas que atender se han tenido que ir priorizando una a una. El tema de juventud en México está avanzando justo con la nueva creación de la ley general de juventud: una ley que se pretende alinear a la Convención Iberoamericana de las personas jóvenes. En ese proceso se encuentra nuestra cámara de diputados en México y es un proceso bastante interesante.
También eres embajadora en América Latina para la erradicación del trabajo infantil. ¿Qué se puede hacer para ayudar en esta problemática?
Formé parte en 2017 de la OIT, cuando me becaron para ir a la IV Conferencia de Erradicación Sostenida de Trabajo Infantil en Buenos Aires (Argentina). A partir de ahí hemos creado una red con jóvenes a nivel latinoamericano. Algo de lo que nos ha sucedido es que no hemos tenido el apoyo tanto técnico como financiero para poder realizar actividades. Lo que podríamos hacer como jóvenes en el mundo de latinoamérica con España sería fortalecer nuestros lazos de vinculación y hacer algunos proyectos más sobre el terreno y con mayor planificación, con mira a tener metas e indicadores.
Entre los actos, creo que de los más bonitos de este Encuentro ha sido la visita al Apóstol Santiago. Allí le pedíais: “ayúdanos a mantener siempre la vocación de servicio público, la ilusión por intentar hacer las cosas un poco mejor y el compromiso con los más frágiles y vulnerables”. Permíteme una pregunta más personal. ¿Qué lugar ocupa Dios y la religión en tu labor de compromiso?
Yo profeso y soy católica, también enfoco muchas de mis actividades a Dios. Sin embargo como estoy en servicio público y en tema de luchas sociales trato de mantener una línea dentro de lo que podamos hacer con la propia religión. De manera personal yo soy católica y profeso la fe muy íntima y muy apasionada de todo lo que mi familia me ha enseñado.
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