Vivir con la confianza de un niño

¿Cómo crecer en confianza total en Dios cuando un país entero como Ucrania camina en la oscuridad y expande el miedo en muchos otros países?

¿Cómo cultivar y alimentar en nosotros esta confianza cuando millones y millones se han quedado sin hogar, sin papá, sin mamá, sin hermanos, sin amigos? 

No vamos a encontrar remedio en el panorama desalentador que presentan las noticias. Pero sí en la seguridad que nos da creer en Dios y en su Providencia, que es el cuidado amoroso que Él tiene de sus criaturas. También nos ayuda considerar la soberanía de Dios sobre el mal. Ya en el día a día, en nuestro caminar, para nosotros los cristianos la clave estará en mirar a Jesús constantemente. 

Y es que contemplar a Jesús te recuerda a ti y a mí que Él, siendo Dios, se encarnó en el seno de una mortal para enseñar una nueva forma de vivir, o quizá para modelar la verdadera forma de vivir y rescatar así el Amor del Padre hacia nosotros.

“No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”

Esto lo leemos en Juan 15,13.  Quizá la propuesta para nosotros los cristianos en este tiempo de cuaresma es pensar en cuánto hacemos para dar la vida por los demás.

UKRAINE
La imagen de los niños de Ucrania nos llama a preguntarnos qué más podemos hacer por los demás.

Shutterstock | Drop of Light

Y es que en nuestro mundo actual, esto no es lo que está de moda.  Las palabras favoritas actuales parecen ser amor propio; tú lo vales; tú lo mereces…. Y entonces ante estos mensajes, si no tienes la relación fuerte que Jesús tenía con el Padre, tu geografía interior se tambalea. Queda confundida.

Jesús no sobrevivió a la guerra terrena pero hoy reina

Por esto, aquello de si Dios está con nosotros, ¿quién podrá hacernos daño?  La verdad es que el pueblo de Ucrania está mostrando una grandeza de fe, una resiliencia y una humanidad que hace brotar la dignidad de los hijos de Dios. 

UKRAINE
En medio de la devastación, el pueblo ucraniano es un ejemplo de resiliencia y de fe.

Shutterstock | Drop of Light

Si bien han tenido que huir los que ahora se cuentan por millones, en las historias que se leen, en los rostros de las gentes, en los actos solidarios entre ellos, se ve la seguridad de un Dios que los sostiene y en quien creen. Y es que Dios siempre tiene un plan mucho más vasto, amplio y profundo de lo que nuestros pobres ojos humanos pueden contemplar. 

Contemplar a Jesús todo el tiempo

Contemplarlo  con la disposición en el corazón de estar dispuesto a hacer la voluntad de Dios. Pero, ¿cuánto estoy dispuesto yo a hacer la voluntad de Dios? ¿Cómo es mi confianza en Él? Por esto mismo, la relación con Jesús debe cuidarse día a día pues, sobre todo en momentos de gran adversidad, con el solo hecho de clavar nuestra mirada en la suya somos llenos de la gracia de la fortaleza, de la paciencia, de la esperanza. Esa esperanza que se ve en tantas caras de los niños de Ucrania pues, como todo niño, creen que si papá y mamá les dicen que su país estará bien y regresarán, ellos creen. 

Estos niños un día, siendo ya mayores, podrán dar el testimonio, como tantos otros que hemos sobrevivido a una guerra:

“Solo de oídas te conocía pero ahora te han visto mis ojos”

Job 42,5.

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