“Ven a verme”, sentí que me pedía Jesús, y me dirigí a una iglesia pensando que lo que más le duele, según él mismo le dijo a una santa
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida»
Juan 14, 6
Lo que ha ocurrido hoy, me estremeció el alma y la llenó de una insospechada ternura y de un amor muy grande por Jesús Sacramentado. ¿Te he contado que es mi mejor amigo?
Hace mucho que no tenía una experiencia similar. ¿Las has tenido alguna vez?
Conducía el auto, distraído, ajeno a lo que ocurría a mi alrededor cuando experimenté una dulce presencia de amor en mi alma.
Te llenas de una ternura infinita y de un amor que se desborda. Sentí que era Jesús y me decía: “Ven a verme Claudio”.
En sus palabras percibía dolor por una humanidad indiferente a su sacrificio y su amor.
Lo que más duele a Jesús
Jesús le hizo saber a santa Margarita María Alacoque su dolor ante tantos sacrilegios y frialdades: «lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado». La indiferencia de aquellos llamados a amarle, nuestra indiferencia.
Yo he sido parte de ella, debo reconocerlo. No siempre estoy atento a su llamada de amor. Y aun así, nunca ha dejado de ser un gran amigo, mi mejor amigo.
“Voy a verte Señor”, le dije.
Pensé entonces en el aborto que están aprobando en varios países, con el silencio de los que olvidan un mandamiento fundamental: “NO MATARAS”.
Pensé en los innumerables pecados de la humanidad, en mis propios pecados, en los gobernantes que usan el poder para promover leyes contra Dios, que es la vida.
“Cuánto debes sufrir por nuestros muchos pecados, buen Jesús”, le dije.
A la hora precisa
Estaba ceca de una iglesia, Santa Eduviges. Sabía que tienen adoración perpetua, 24 horas al día y me dirigí hacia allá.
Al llegar me bajé con prisa del auto, sabía que Jesús me esperaba. Vi la hora y se me sacudió el corazón: 3:00 p.m. ¡Ahora entendía! Recordé lo que escribió santa Faustina en su Diario.
“A las tres de la tarde en punto, implora Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y, aunque sea por un breve momento, sumérgete en Mi pasión, particularmente en Mi abandono al momento de la agonía.
Esta es la hora de la gran misericordia para todo el mundo. Yo te permitiré entrar en Mi dolor mortal. En esta hora, Yo no rehusaré nada al alma que Me pida algo en virtud de Mi pasión”.
Diario, 1320
No estaba de casualidad a esa hora, en esa iglesia. Entré y me postré en adoración y me uní al rezo de la Coronilla.
La Misericordia te espera
Hice este pequeño video para ti, de forma que recuerdes quién está allí, esperándote, en esa Hostia Santa y confíes en su amor y su Misericordia.
La verdad es que me sentí apenado con Jesús y solo pensaba en consolar su Corazón.
“Te recuerdo, hija Mía, que cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de par en par para cada alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia».
Diario,1572
¿Te gustaría acompañar un rato a Jesús con el rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia?
Te dejo este video para que puedas rezarla con Aleteia, cuantas veces puedas, a lo largo del día, particularmente a las tres de la tarde..
El mundo como nunca antes está urgido de tus oraciones.
Clamemos a Dios por la conversión de los pecadores y la paz en la tierra.
¿Te gustaría compartirnos tus experiencias en la búsqueda de Dios? Escribe. Nos encantaría saber de ti. Te dejo mi email personal: cv2decastro@hotmail.com
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