“Queridos hermanos y hermanas, en el dolor de esta guerra, hagamos una oración todos juntos pidiendo al Señor el perdón y pidiendo la paz”, dijo el Santo Padre.
De este modo, el Pontífice recitó una oración compuesta por el arzobispo de Nápoles, Mons. Domenico Battaglia.
A continuación, la oración rezada por el Papa Francisco:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de nosotros pecadores.
Señor Jesús, nacido bajo las bombas de Kiev, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, que moriste en los brazos de tu madre en un búnker de Kharkiv, ¡ten piedad de nosotros!
Señor Jesús, que fuiste enviado con veinte años al frente, ¡tenga piedad de nosotros!
Señor Jesús, que aún ves las manos armadas a la sombra de tu cruz, ¡ten piedad de nosotros!
Perdónanos, Señor,
si, no contentos con los clavos con los que atravesamos tu mano, seguimos bebiendo la sangre de los muertos desgarrados por las armas.
Perdónanos, Señor,
si estas manos, que creaste para guardar, se han convertido en instrumentos de muerte.
Perdónanos, Señor,
si seguimos matando a nuestro hermano, si seguimos como Caín sacando piedras de nuestro campo para matar a Abel.
Perdónanos, si seguimos justificando la crueldad con nuestro cansancio, si con nuestro dolor legitimamos la crueldad de nuestros actos.
Perdónanos por la guerra, Señor. Perdónanos por la guerra, Señor.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, te imploramos. ¡Detén la mano de Caín!
Ilumina nuestra conciencia,
que no se haga nuestra voluntad,
¡no nos abandones a nuestras propias acciones! ¡Deténnos! ¡Señor deténnos!
Y cuando hayas detenido la mano de Caín, ocúpate también de él. Es nuestro hermano.
Oh, Señor, ¡detén la violencia! ¡Deténnos, Señor! Amén.
Finalmente, el Santo Padre dijo que “en este tiempo de Cuaresma, también en este tiempo tan doloroso de la guerra, los invito a mirar a Cristo y a obtener fuerzas de Él para un compromiso fiel con la vida cristiana”.
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