En un comunicado oficial, la Cáritas de Milán agradeció la “extraordinaria generosidad de tantas personas y comunidades” que están poniendo a disposición alojamientos para “acoger a los refugiados, de acuerdo con las instituciones gubernamentales y locales”.
En esta línea, el área de extranjeros de la Cáritas ambrosiana informó la disponibilidad de “60 departamentos privados en este momento vacíos y disponibles para la acogida; otros espacios disponibles en 45 parroquias, institutos religiosos y asociaciones y que 930 familias están dispuestas a acoger personas en sus casas”.
Según cifras diocesanas recientes -que están en actualización continúa-, las más de 900 familias que presentaron su disponibilidad están esparcidas por las diferentes provincias del territorio eclesiástico divididas en Milán, Monza, Brianza, Vareseo y Lecco.
Además, la Cáritas ambrosiana informó que no están recibiendo ropa, alimentos, medicinas, cobijas o cualquier otro bien porque “no pueden garantizar el transporte de estos productos debido a la situación de conflicto, los procedimientos aduaneros y los costes de transporte” por lo que solo reciben donaciones económicas.
La acción caritativa de la Iglesia a través de la red Cáritas está coordinada por Cáritas Internationalis y Cáritas Europa, mientras que las cáritas nacionales y locales están trabajando en los lugares.
Cáritas Ucrania (de la Iglesia grego-católica de rito bizantino) se centra en ayudar a las familias que no pueden desplazarse de sus casas, en transportar a las personas hasta sus amigos y familiares, en gestionar una amplia red de centros colectivos y refugios que ofrecen alojamiento, comida y cuidado de los niños, en coordinar a los numerosos voluntarios que están disponibles desde el estallido de la guerra.
Mientras que Cáritas Spes (de la Iglesia Católica latina) está prestando ayuda de emergencia a unas 2.500 personas y sigue dando asistencia a domicilio a personas vulnerables, así como ha habilitado un número de teléfono gratuito para responder a las peticiones de ayuda de todas partes del país.
Cáritas Spes también ha abierto una oficina en Varsovia para coordinar con seguridad algunas intervenciones y ha creado un almacén en Polonia, cerca de la frontera, para gestionar la entrega de ayuda a los refugiados.
Por su parte, las cáritas nacionales de los países fronterizos (Polonia, Rumanía, Moldavia, Hungría, Eslovaquia y la vecina Bulgaria) están trabajando con la gestión de grandes “tiendas de la esperanza” en los cruces fronterizos para dar un primer punto de ayuda material para miles de personas, centros de distribución de alimentos, albergues y dormitorios, centros de apoyo psicológico y asesoramiento para los refugiados en tránsito. También brindan asistencia a cientos de niños solos, muchos de ellos procedentes de orfanatos ucranianos.
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