A partir de este momento su presencia y acción no se limitarán a un solo lugar
El Evangelio de Lucas narra la despedida de Jesús con sus discípulos antes de su ascensión. Sin embargo, esta despedida es sólo aparente.
Los discípulos lo entienden porque reaccionan con alegría y alabanza a Dios. Jesús está siempre con sus discípulos.
Además, a partir de este momento su presencia y acción no se limitarán a un solo lugar. Jesús está con nosotros, sus discípulos, dondequiera que estemos, en todo el mundo.
¿Cómo está Jesús con nosotros ahora? ¿Cómo actúa?
Jesús está en la Biblia
«Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día».
Jesús se refiere a las Escrituras, la Palabra de Dios. Son las Escrituras las que hablan de su pasión y resurrección.
Jesús está presente en la Palabra de Dios. Allí podemos encontrarnos con Él, porque Él es la Palabra.
Benedicto XVI dice que cada uno de nosotros es capaz de escuchar la Palabra de Dios y responder a ella (exhortación Verbum Domini, 22).
Jesús está en el perdón, en el amor
«…en su nombre se había de predicar […] la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados».
Jesús trae el perdón de los pecados a todos. Él quiere perdonarnos y quiere que seamos felices y estemos libres de pecado.
De este modo, Jesús está presente y actúa muy concretamente hoy en nuestras vidas, si así queremos.
«Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre… «.
La promesa del Padre es el Espíritu Santo. Jesús también lo llama poder de lo alto.
Jesús mismo experimentó el poder del Espíritu Santo en su misión, y antes de su ascensión nos lo prometió.
El Espíritu Santo da poder a los creyentes y transforma sus corazones. Les indica cómo vivir en amistad con Jesús y cómo predicarlo a los demás.
«[Jesús] levantando las manos, los bendijo».
Jesús bendijo a sus discípulos antes de su ascensión. Esta bendición les da alegría. La bendición de Jesús es para todos los que creyeron, para todos los tiempos. Puedo pedirle a Jesús su bendición y estar seguro de que la recibiré.
Una huella… ¿dónde lo encuentro yo hoy?
La tradición de Jerusalén dice que Jesús, al ascender al cielo, dejó una huella en una roca.
En el Monte de los Olivos de Jerusalén, una pequeña capilla esconde una piedra con una huella de pie.
Nos recuerda que Jesús está cerca de nosotros, que está presente y activo. ¿Cómo me encuentro hoy con Jesús resucitado? ¿Qué signos de su presencia son especialmente importantes para mí?
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