Una verdadera "cápsula del tiempo" encontrada en una iglesia británica y una reflexión sobre nuestros propios miedos
Las reformas en edificios antiguos a menudo arrojan hallazgos interesantes, como fósiles u objetos. Cuando comenzaron las reformas en una iglesia en el Reino Unido en marzo de 2022, el hallazgo de una misteriosa carta oculta revelo toda una vida de aventuras inesperadas.
Los trabajadores encontraron la carta, fechada hace 125 años, detrás de una placa de metal en la sillería del coro, donde había permanecido escondida durante más de un siglo.
Lo más impactante: era la carta de un niño. Estaba escrita a mano con lápiz en la parte posterior de un sermón, y eran las confesiones de un niño que enfrentaba un futuro desalentador.
Un niño huérfano asustado
En esa época, los niños cuyos padres habían muerto, a menudo enfrentaban una vida difícil. Vivían en orfanatos institucionales por un tiempo, y luego, en cuanto cumplían los 14 años, se les abría la puerta para que buscaran su propio camino en la vida.
Ese fue el caso del autor de la misteriosa carta, William Elliott, del cercano asilo para huérfanos de Sunderland. El joven formaba parte del coro parroquial, y solo tenía 13 años.
El joven William sentía un miedo y una ansiedad comprensibles por su próximo cumpleaños número 14, cuando tendría que abandonar el orfanato.
Solo podemos imaginar el estado de nervios que un niño podría sentir en esas circunstancias y, efectivamente, su carta oculta es suficiente para desgarrar el corazón. Aquí hay un extracto:
Querido amigo, si encuentras este papel piensa en William Elliott que tenía dos meses y dos semanas y cuatro días el 11 de agosto de 1897. Quienquiera que sea que encuentre este papel no lo rompa ni lo tire…
“Mantenlo en memoria de mí, W Elliott… Yo era el niño líder de este coro…
“Te quiero si tú me quieres”.
La misteriosa carta naturalmente atrajo mucho interés.
Un futuro inesperado
Sobre todo, la gente se preguntaba, ¿qué pasó con este niño? ¿Qué pasó con él después de dejar el orfanato?
Ese misterio se ha resuelto, ya que varios investigadores rastrearon al corista a través de documentos escritos y registros del censo. Como muchos niños de la época, era hijo de un marino perdido en el mar.
La investigación indicó que William era uno de los 50 hijos huérfanos de marineros que vivían en el orfanato de Sunderland. Su padre, Thomas Duncan Elliot, era un oficial que trágicamente cayó por la borda mientras navegaba en un barco llamado Skyros.
La madre de William era Sarah Elliott, una viuda que se quedó con cuatro niños pequeños, que había trabajado como modista para llegar a fin de mes después de la muerte de Thomas. Antes del final prematuro del padre, esa familia había vivido holgadamente.
William pasó cinco años en el orfanato antes de ser «dado de alta». Entonces su historia dio un giro inesperado.
El joven terminó mudándose de Inglaterra a Estados Unidos, convirtiéndose en ciudadano estadounidense, y siguió los pasos de su padre hacia la vida marinera. De hecho, ¡tuvo una carrera honorable en la Marina de los EE. UU.!
La investigadora Jen Baldwin ha descubierto lo que sucedió después de que Elliott dejara el orfanato en 1897, cuando solo tenía 14 años.
Baldwin, que trabaja para el sitio de historia familiar Findmypast, encontró documentos de marzo de 1903 que reportan la partida de Elliott de Glasgow a la edad de 19 años, y su periplo hacia Nueva York con $25 en efectivo (lo que hoy vale alrededor de £650).
Se cree que Elliott viajó a Newport, Rhode Island, para quedarse con su hermana. Se convirtió en oficial de la Marina de los EE. UU. ese año y fue dado de baja con honores en 1916 como guardiamarina.
Ese mismo año, Elliott se logró la ciudadanía estadounidense, en una petición que también incluye información sobre su esposa, Dora, con quien se casó en 1908, y su hija, Edith, que nació el 26 de marzo de 1910.
Los detalles de su carrera en la Marina son vagos, pero un anuncio de retiro en la Unión de San Diego muestra que progresó al puesto de Comandante antes de retirarse en agosto de 1945 después de más de 40 años de servicio.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Elliott volvió al servicio como asistente del oficial de suministros, antes de retirarse una vez más en 1945.
William Elliott murió el 27 de abril de 1968. Le sobrevivieron su segunda esposa, Florence, así como su hija Edith, un hijo, su hermana y ocho nietos. Fue incinerado y enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington, Virginia, junto a su primera esposa, Dora.
Saber que «todo va a estar bien»
¡Qué vida tan fascinante y aventurera tuvo! Con suerte, su yo asustado de 13 años se habría sentido aliviado y contento de saber que le iban a ir tan bien las cosas.
Hoy, la iglesia donde se encontró la misteriosa carta, está cumpliendo con el deseo de William de ser recordado.
Haciendo caso a sus deseos, la carta fue enmarcada y ahora cuelga sobre el banco en el que fue encontrada. Con motivo de su descubrimiento, la directora del centro, Tracey Mienie, dijo: «Su carta nos ha conmovido a todos. Claramente, era muy consciente de que su tiempo en el orfanato y en el coro estaba terminando y creo que la aprensión por lo que su futuro puede depararle se refleja en sus palabras».
Es muy satisfactorio saber que las cosas resultaron bien para el joven William. Tal vez su historia pueda inspirar a otros jóvenes cuando se encuentren en situaciones angustiosas como la suya.
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