Una bellísima tradición que tiene su origen en el que será nuevo santo holandés
Titus Brandsma, el futuro santo holandés, que será canonizado el 15 de mayo al mismo tiempo que Charles de Foucauld, Marie Rivier y César de Bus, está asociado a una hermosa tradición vaticana: la de las flores holandesas en la explanada de San Pedro Basílica.
Después de dos largos años de pandemia, la plaza de San Pedro parece estar volviendo a la vida en los últimos días: los turistas se apresuran a hacer colas aparentemente interminables, y el pontífice vuelve a circular en papamóvil, durante las audiencias de los miércoles y las misas.
Todo embellecido por un magnífico sol de verano
Pero eso no es todo. Durante la Misa de Pascua, se revivió una tradición que había sido abandonada en 2020: la de los tulipanes holandeses para decorar los escalones de la explanada de la Basílica de San Pedro. Tradición que le debemos a Titus Brandsma.
Este sacerdote-periodista holandés había pedido a la prensa católica de su país en 1940 que no repitiera la propaganda del régimen nazi tras la invasión de los Países Bajos. Finalmente fue arrestado y luego deportado antes de ser asesinado en el campo de Dachau, en Alemania, en 1942. Un viaje extraordinario que hoy impulsa a unos sesenta periodistas católicos a pedir que este futuro santo sea declarado copatrono de los periodistas.
Hecho poco conocido es que fue durante la beatificación de Titus Brandsma por el Papa Juan Pablo II, el 3 de noviembre de 1985 cuando se inició la tradición de las flores holandesas. Desde entonces, para cada festividad importante, empresas de los Países Bajos han financiado la decoración floral de la plaza.
Para este 15 de mayo, en lugar de los tradicionales tulipanes, Holanda ha decidido marcar el evento cubriendo la explanada con rosas.
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