La ceremonia estuvo presidida por el cardenal argentino Mario Poli, quien se sirvió de la parábola del Buen Samaritano. "Firmo cada una de sus palabras", le habría dicho Fernández a Poli al final del Tedeum, según informaron medios argentinos
Con motivo del 212 aniversario del primer gobierno patrio, el presidente argentino Alberto Fernández asistió al tradicional Tedeum de acción de gracias que anualmente se realiza en la Catedral de Buenos Aires y preside el Arzobispo de Buenos Aires.
El presidente argentino lo hizo a pesar de que el día anterior calificó de hipócrita el rechazo a leyes sancionadas los últimos años como la del matrimonio civil para personas del mismo sexo o del aborto. Como es habitual, se realizaron además Tedeum en varias diócesis del país, con la presencia en muchos casos de autoridades locales como intendentes y gobernadores.
El día anterior, al anunciar la promulgación de la Ley de Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial, el mandatario había cuestionado el rechazo social a leyes promulgadas en los últimos cincuenta años que tuvieron el explícito rechazo de la Iglesia.
“Yo he visto a lo largo de mi vida muchos momentos en los que hubo una reacción social contra la hipocresía para demandar que terminemos con la hipocresía. Lo viví con la ley de divorcio, en los años Raúl Alfonsín, que el divorcio vincular se hizo posible. (…)», expresó el presidente.
«Pasaron los años y vino el tiempo del matrimonio igualitario. Y era tremendo la discusión que se daba. (…) Pasó el tiempo, y yo que soy un empedernido luchador contra la hipocresía les dije: ha llegado la hora de que la interrupción del embarazo voluntario deje de ser un delito. Y trabajamos para hacerlo. (…) Todas esas son batallas que ganamos contra la hipocresía», consideró Fernández.
Pese a la crítica y a la enumeración de los debates públicos sobre los que más se ha expresado la Iglesia en distintas décadas recientes, el mandatario participó del Tedeum acompañado de gran parte de sus ministros y colaboradores. Lo presidió el cardenalMario Poli, quien se sirvió de la parábola del Buen Samaritano para recordar como aquél encontró a aquella persona con algunos signos vitales y “se puso al servicio del más importante de los derechos humanos: el derecho a la vida”.
Publicar un comentario