Como señala la Real y Venerable Hermandad del Santísimo Sacramento de Mafra (RVISS), asociación pública de fieles que custodia esta imagen, “se trata del reconocimiento, por parte de la Santa Sede, de la devoción a la Santísima Virgen presente en la venerada imagen de la Soledad de la Basílica de Mafra, con el propósito de extender la importancia de este título mariano y su culto a todo el mundo católico, fortaleciendo así la piedad cristiana en sus más diversas expresiones”.
“El acto de coronar a Nuestra Señora es reconocer que Ella es reina de la Iglesia, de Portugal y de nuestras vidas. Es recrear en nuestra comunidad la Coronación Celestial de María como recuerdo de su realeza y estar dispuestos, con Ella y como ella, a ser humildes servidores del Señor”, señala la RVISS.
La hermandad subraya, entonces, que se trata de “un motivo de gran alegría”, siendo un incentivo para el “aumento del culto a la Santísima Virgen, a quien se dedicó la Basílica de Mafra en 1730”.
La coronación pontificia, indica la RVISS, “es una dignidad otorgada a Portugal y a la población de Mafra en particular”, y representa “un verdadero signo de la realeza de Nuestra Señora, en estos tiempos difíciles, en nuestro país que, desde su fundación, se llama 'tierra de Santa María'”.
Debido a la pandemia de coronavirus, aún no hay una fecha fijada para la ceremonia de coronación, la cual “se comunicará oportunamente”.
A su vez, el Patriarca de Lisboa, Cardenal Manuel Clemente, que es “Hermano de Honor” de la Cofradía, felicitó a la Cofradía por esta coronación pontificia de la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.
Para el Cardenal, de esta manera, “dos razones esenciales están vinculadas” en la Basílica de Mafra: “Devoción mariana y fidelidad al sucesor de San Pedro”.
Como señala la web de la Rádio Renascença, esta es la tercera imagen mariana que recibe la coronación pontificia en Portugal. Los dos anteriores fueron: el de Nossa Senhora do Sameiro, en Braga, el 12 de junio de 1904, por el Nuncio Apostólico, Mons. José Macchi, delegado especial del Papa Pío X; y el de Nuestra Señora de Fátima, el 13 de mayo de 1946, por el Cardenal Masella, legado pontificio.
Además, entre los países de habla portuguesa, las imágenes de Nossa Senhora Aparecida, patrona de Brasil, y Nossa Senhora do Carmo, en Recife, también recibieron esta distinción pontificia.
La imagen de Nuestra Señora de la Soledad, custodiada por la Basílica de Mafra, data de 1773. Suele salir en las procesiones del Señor de los Pasos, el 25 de febrero, y el Viernes Santo.
En 2018, se sometió a una restauración y, en ese momento, un hecho curioso reveló una historia única en Portugal: ocultos en el forro del manto de seda de la imagen, siete manuscritos de finales del siglo XIX contenían peticiones de agradecimiento a la Virgen María.
Los manuscritos fueron colocados junto al bordado de hilo de oro y, según explicó RVISS en ese momento, “los pedidos datan de la última década del siglo XIX, y fueron escondidos, presuntamente, por los bordadores de la entonces Sirgaria Bello, Jorge & Santos, proveedora de la Casa Real establecida en Rossio, Lisboa”.
Según la Hermandad, su Oficina Administrativa determinó la apertura de los manuscritos, para la “lectura y posterior empaquetado en el archivo histórico”.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en ACI Digital.
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