Salvó a miles de judíos y cristianos no arios durante la Alemania Nazi y trabajó toda su vida por estrechar vínculos entre ambas religiones
La historia de Gertrud Luckner es la historia de una de las muchas personas que en momentos límite sacan lo mejor de sí mismas. Aquellas personas a los que recordamos popularmente como héroes pero que, en realidad, no fueron más que hombres y mujeres de gran corazón e inmenso amor por los demás. Hombres y mujeres a los que no les importó poner su propia vida en juego.
Gertrud Luckner tuvo una trayectoria vital complicada. Vivió a caballo entre distintos países, tuvo distintas identidades y hubo de superar la dramática muerte de sus padres y la adaptación a una nueva familia. De origen cuáquero, su conversión al catolicismo sería uno de los pilares que sostendría su férrea voluntad.
Jane Hartmann
Su verdadero nombre era Jane Hartmann y había nacido en la localidad inglesa de Liverpool el 26 de septiembre de 1900. Sus padres, regresaron a su Alemania natal con Jane poco después de su nacimiento. Siendo aún muy pequeña, perdió a sus padres y fue entregada en adopción a una familia que le dio su propio apellido y le cambió el nombre por el de Gertrud. Cuando terminó sus estudios elementales, estudió en varias universidades de Inglaterra y Alemania. En Friburgo consiguió su doctorado en 1938. En esta localidad se instaló de manera definitiva cuando sus padres adoptivos también fallecieron.
Desde siempre, Gertrud Luckner había sido una persona comprometida con las personas marginadas. Cuando podía, se trasladaba a los barrios humildes a ayudar, experiencia que debió servirle para completar su tesis centrada en las personas sin trabajo.
Dio testimonio de su fe con sus propios actos
La década de los treinta vivió el auge del nacionalsocialismo en Alemania que se materializó con la la subida al poder de Adolf Hitler en 1933. Muchas personas apoyaron a los nazis y otras simplemente no vieron en los nuevos aires políticos ningún peligro para sus propias vidas. Gertrud Luckner vio muy claro desde el principio que la deriva totalitaria que estaba dando el nazismo iba a conllevar nefastas consecuencias para Alemania.
Aquel mismo año de 1933, ya estaba colaborando con la Asociación Católica Alemana por la Paz y con Cáritas. Un año después, decidió convertirse al catolicismo y dar testimonio de su fe con sus propios actos.
Durante los primeros años del poder nazi, Gertrude Luckner trabajó sin descanso ayudando a los judíos a salir de Alemania o a refugiarse ante las amenazas que culminaron con la trágica Noche de los Cristales Rotos el 9 de noviembre de 1938. Dispuesta a no rendirse ante la sinrazón y a pesar de que la Gestapo vigilaba todos los movimientos sospechosos de actuar contra el régimen, Gertrud no dejó de llevar comida y productos básicos a los judíos a los que se les fue reduciendo el acceso a los comercios y que cada vez vivían de forma más clandestina.
Detenida por llevar dinero a los judíos
Junto al arzobispo de Friburgo, Conrad Gröber, y desde las estructuras organizativas de Cáritas, ayudaron a judíos y cristianos que, como no arios, eran igualmente perseguidos por los nazis. Gertrud viajó por una Alemania en llamas forjando redes de apoyo y trasladando dinero que ayudara a las comunidades perseguidas. Uno de sus principales aliados, además del padre Gröber, fue el líder de la Unión de los Judíos, Leo Baeck.
Gertrud Luckner pudo realizar su extensa y valiosa actividad clandestina durante años, hasta que el 24 de marzo de 1943, fue detenida por la Gestapo cuando viajaba a Berlín para llevar dinero a los judíos refugiados en la capital del Tercer Reich. Durante dos largos años, Gertrud sufrió las terribles condiciones de vida de uno de los campos de concentración nazi, el campo femenino de Rabensbrück.
Justa entre las Naciones
Terminada la guerra, Gertrud pudo volver a casa. Recuperar la vida tras una experiencia tan dura no fue fácil para ella ni para las personas que sobrevivieron a toda aquella pesadilla. Pero lejos de olvidarse de las personas a las que había ayudado, Gertrude continuó con su labor como trabajadora social e inició un nuevo proyecto vital centrado en abordar el diálogo entre judíos y cristianos. Para ello, fundó una revista y visitó Israel.
Toda una vida volcada en los más vulnerables le valió muchos reconocimientos públicos. Entre ellos, el ser nombrada como Justa entre las Naciones por su colaboración con los judíos durante el Holocausto.
Gertrud Luckner falleció el 31 de agosto de 1995.
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