La escasez de medicamentos e insumos para enfrentar al coronavirus (Covud-19) derivó en una profunda crisis política y social en el Paraguay. La Iglesia católica se aboca en la asistencia de las familias y aboga por el diálogo en busca de la paz.
El presidente de la República del Paraguay, Mario Abdo Benítez, se enfrenta a una de las peores crisis en lo que va de su Gobierno debido a la falta de insumos claves para atender a pacientes graves de coronavirus en el país sudamericano.
Asunción, capital de Paraguay, es el escenario de grandes movilizaciones en la que se reportaron decenas de heridos y una persona fallecida. La ciudadanía exige la renuncia del mandatario o que este sea destituido.
La situación explotó la semana pasada cuando cientos de familiares de pacientes denunciaron que los hospitales públicos no contaban con medicinas utilizadas en pacientes internados en Terapia Intensiva. A esto se le suma la demora en el arribo de vacunas contra el Covid-19.
En medio de la desesperación, muchos de ellos debieron vender o empeñar sus pertenecías para afrontar con la compra de los medicamentos. Algunos sortean la situación gracias a la ayuda solidaria de amigos y vecinos.
Los partidos de oposición anunciaron que próximamente presentarán un pedido de juicio político para Benitez y su vicepresidente, Hugo Velázquez.
Por su parte, el Gobierno anunció movidas en su Gabinete y reemplazó al ministro de Salud, Julio Mazzoleni.
Diálogo para la Paz
Durante la noche del pasado viernes 5 de marzo, se produjo un duro enfrentamiento entre las fuerzas policiales y los manifestantes en el centro de Asunción. Fueron unas tres horas de ambiente hostil marcados por la violencia.
El arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, se puso en contacto con los principales medio de comunicación que se hacían eco de los incidentes para hacer un llamado al cese de la violencia.
“Hago un llamado a toda la población que está en este momento convulsionada por la violencia. Un llamado a que los medios de comunicación, llamen a la paz”, dijo Valenzuela en contacto con uno de los medios de comunicación.
Valenzuela comentó que también se comunicó con Benítez, a quien reprochó por la represión policial. Por su parte, el monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, pidió un diálogo entre todos los sectores para poder superar la crisis. El líder religioso se reunió con el vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, para expresar su preocupación.
La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) también se hizo eco de la situación por medio de un comunicado por el cual lamentó la violencia y cuestionó la falta de previsibilidad por parte del Gobierno.
Asimismo, pidió que sean escuchados los reclamos ciudadanos y enfatizó en la necesidad de evitar las confrontaciones.
Iglesia sale al auxilio de familias
A pedido del arzobispo de Asunción, la Pastoral Social puso a disposición de las familias de pacientes todos sus recursos de modo a gerencia la compra de los costosos medicamentos, que en promedio generar un gasto de G. 3,5 millones (500 euros) diarios para los mismos.
La Pastoral Social se trasladó hasta los principales hospitales del país donde, además de contribuir en la compra de medicamentos, instaló comedores para las familias de los pacientes.
El diácono Bernardo Figueredo, encargado de la Pastoral Social, explicó en comunicación con Aleteia que esta ayuda es como un “bálsamo de gracia” para las familias de los pacientes que atraviesan penurias dentro de los nosocomios.
“La ayuda la realizamos sin distinción alguna de sexo, raza, credo, religión o partido político. Ya estamos atendiendo todas las recetas que salen de los hospitales. Los pocos recursos que disponemos están a disposición de ellos”, explicó.
El representante religioso destacó que miles de personas se comunicaron con la Pastoral para contribuir con alimentos, voluntariado o dinero. Son más de 100 las familias que ya fueron asistidas por la Iglesia.
Vacunas no llegan
A pesar de que Paraguay fue uno de los primero países en aportar el fondo rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud para garantizar su acceso a las vacunas contra el Covid-19, el país sudamericano solo recibió del organismo 4.000 dosis de las al menos 4 millones que necesita para inmunizar a su población vulnerable.
La situación derivó en un tardío reclamo diplomático ante la organización internacional por la inequidad en la distribución de las vacunas.
Paraguay también gestiona la compra de vacunas desde Rusia y otros laboratorios, mientras atraviesa por una de las peores etapas de la pandemia.
El Gobierno de Chile, decidió donar unas 20.000 dosis de vacunas a Paraguay y las mismas arribaron al país sudamericano el domingo pasado.
Hasta el pasado lunes, unas 3. 343 personas fallecieron a consecuencia del coronavirus en el Paraguay y 169.860 fueron contagiadas con la enfermedad.
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