El Departamento de Estado publicó su informe sobre la trata de personas este jueves 1 de julio, donde examinó 188 países y territorios, incluido Estados Unidos, y resaltó que la crisis sanitaria ha agravado la situación de este flagelo.
En una conferencia de prensa, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, señaló que el informe es “la principal herramienta diplomática y de diagnóstico del gobierno de Estados Unidos para guiar las relaciones con gobiernos extranjeros sobre la trata de personas” y es el “recurso más completo del mundo sobre los esfuerzos gubernamentales” que se realizan contra este problema.
Además, indicó que la trata de personas es a la vez “una afrenta a la dignidad humana” y una fuerza desestabilizadora para las economías y sociedades, con un estimado de 25 millones de víctimas en todo el mundo.
“En muchos lugares, mientras los gobiernos invirtieron recursos para tratar de controlar la pandemia y abordar sus impactos secundarios, los traficantes de personas aprovecharon la oportunidad para hacer crecer sus operaciones”, lamentó.
Blinken señaló que las personas que se vieron empujadas a afrontar problemas económicos extremos por la pandemia “se volvieron más vulnerables a la explotación. Y a medida que más personas pasaban horas en línea para la escuela y el trabajo, los traficantes utilizaron Internet para preparar y reclutar a posibles víctimas”.
“La pandemia ha tenido un impacto real en esta lucha”, subrayó.
El secretario del Departamento de Estado agregó que el informe también examina la trata de personas apoyada por el Estado, como es el caso de los abusos cometidos por el gobierno chino contra los uigures.
“Muchos detenidos son sometidos a violencia física, abuso sexual y tortura para inducirlos a trabajar en la producción de ropa, electrónica, equipos solares, productos agrícolas”, señaló.
Blinken indicó que en el informe de 2021 se “reconoce explícitamente la conexión entre la desigualdad sistémica y la trata de personas”, un problema con el que “muchos países deben lidiar, incluido Estados Unidos”.
Hacer lo correcto parte de “examinar detenidamente las formas en que nuestra historia y nuestras políticas han creado las condiciones para delitos como la trata de personas”, resaltó.
Además, subrayó que los “traficantes se aprovechan de aquellos que son vulnerables, aquellos que tienen menos probabilidades de tener acceso a buenos trabajos u oportunidades educativas, que tienen menos probabilidades de ser tratados como iguales por la policía o el sistema judicial, y que es menos probable que se les crea cuando informan que están siendo atacados o abusados”.
“Si realmente queremos poner fin a la trata de personas, también debemos trabajar para erradicar el racismo sistémico, el sexismo y otras formas de discriminación, y construir una sociedad más equitativa en todas las dimensiones”, agregó.
En un comunicado, el senador y miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Marco Rubio, calificó el informe como “una herramienta fundamental que Estados Unidos tiene para monitorear y evaluar los esfuerzos de nuestro gobierno para eliminar la trata de personas”.
“Desde el uso sistemático del trabajo forzado de uigures, y otras minorías, a manos del Partido Comunista Chino o la manipulación del régimen cubano de la pandemia de COVID-19 como un esquema para liderar sus brigadas médicas que se tiñen con la trata de personas, debemos permanecer vigilantes e impulsar medidas para poner fin a estas formas de esclavitud y responsabilizar a los perpetradores”, agregó.
Rubio señaló que “Estados Unidos debe seguir comprometido con imponer un costo a las naciones que no logran eliminar la trata de personas en todas sus formas”.
En el informe de cada año, el Departamento de Estado reconoce a los TIP Report Heroes, “personas destacadas de todo el mundo que luchan para acabar con la trata de personas”. Entre los nombres de este año aparece la Hermana Imelda Poole, miembro del Instituto de la Congregación de la Santísima Virgen María y presidenta de las Redes de Religiosas en Europa contra la Trata y la Explotación, una organización de religiosas europeas que luchan contra la trata de personas.
En un mensaje, el Encargado de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos ante la Santa Sede, Patrick Connell, señaló que la religiosa “ha demostrado una dedicación y un liderazgo extraordinarios en la defensa de las víctimas de la trata de personas”. El informe elogió a la Hermana Poole y su personal por trabajar con más de 3 mil mujeres.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.
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