El papa Francisco dijo hoy que “nunca debemos olvidar” que los movimientos migratorios no son números: “No se trata de estadísticas sino de personas reales, con sus vidas en juego”.
Recientemente, el Papa rezó por la muerte de migrantes en un naufragio en el canal de la Mancha. En efecto, el Papa ha pedido reconocer el rostro humano detrás de la migración forzada.
Por ejemplo, el de Maryam Nuri Mohamed Amin, mujer kurda de 24 años, proveniente del norte de Irak. Ella se ha convertido en la primera víctima en ser identificada luego de que su embarcación naufragara en el canal de la Mancha el miércoles pasado.
Maryam Nuri Mohamed Amin es una de las 27 personas que intentaba llegar al Reino Unido desde Francia y que murió en el trágico naufragio. Su marido, que vive en Reino Unido contó a la BBC que le estaba enviando mensajes cuando sucedió la tragedia en el mar.
La historia de la joven esposa kurda ha conmovido algunos sectores de la opinión pública en Europa. Ella murió ahogada en el canal de la Mancha tratando de alcanzar a su marido, que escapó del Daesh. Los kurdos en Irak han sido los primeros en ser reprimidos por el Estado Islámico.
La misión de la Iglesia
Ante esta y muchas otras tragedias en las que los protagonistas son migrantes, el Papa ha reiterado que “la Iglesia católica y sus instituciones seguirán con su misión de acoger, proteger, promover e integrar a las personas que se desplazan”.
Lo afirmó el Papa en un video-mensaje enviado con motivo del 70º aniversario de la creación de la Organización Internacional para las Migraciones.
El Papa abogó por “una adecuada gestión global de los movimientos migratorios”, además de “una comprensión positiva de los mismos y un enfoque eficaz del desarrollo humano integral”. El mensaje del Papa fue leído esta tarde, 29 de noviembre, ante el pleno de la Organización, por el Secretario de Estado, Pietro Parolin.
“La migración no es sólo una historia de migrantes sino de desigualdades, de desesperación, de degradación del medioambiente, de cambio climático, pero también de sueños, de coraje, de estudios en el extranjero, de reunificación familiar, de nuevas oportunidades, de seguridad y protección, y de trabajo duro pero decente.”
El Papa aprovechó esta ocasión para hacer cuatro observaciones:
- Hay una necesidad urgente de encontrar vías dignas para salir de las situaciones irregulares. La desesperación y la esperanza siempre prevalecen sobre las políticas restrictivas. Cuantas más vías legales existan, menos probable será que los migrantes se vean arrastrados por las redes criminales de los traficantes de personas o por la explotación y los abusos durante el contrabando.
- Los migrantes hacen visible el vínculo que une a toda la familia humana, la riqueza de las culturas y el recurso para los intercambios de desarrollo y las redes comerciales que constituyen las comunidades de la diáspora. En este sentido, el tema de la integración es fundamental.
- La familia migrante es un componente crucial de las comunidades de nuestro mundo globalizado, pero en demasiados países se niega a los trabajadores migrantes los beneficios y la estabilidad de la vida familiar debido a impedimentos legales […]
- La comunidad internacional debe abordar con urgencia las condiciones que dan lugar a la migración irregular, haciendo así de la migración una elección bien informada y no una necesidad desesperada [..].
La Iglesia, en primera línea por los migrantes
La Santa Sede es Estado miembro de la Organización Internacional para las Migraciones desde hace diez años por voluntad del Papa Benedicto XVI.
En este sentido, el Papa sostuvo que las motivaciones subyacentes que impulsaron tal decisión siguen siendo hoy “más válidas y urgentes”:
1. Afirmar la dimensión ética de los desplazamientos de población.
- Ofrecer la colaboración de la Iglesia católica a los servicios internacionales dedicados a las personas desarraigadas.
- Prestar una asistencia integral en función de las necesidades, sin distinción, basada en la dignidad inherente de todos los miembros de la misma familia humana.
Por último, el Papa ha dado las gracias de corazón e invocó sobre los miembros y las naciones que representan y “sobre los migrantes y sus familias la bendición del Señor”.
Dolor por las muertes de migrantes
El papa Francisco apenas ayer había manifestado su dolor por la situación de los migrantes que murieron en el canal de la Mancha.
Un total de 17 hombres, seis mujeres -una de las cuales estaba embarazada- y tres niños, fallecieron después de que su bote se hundiera en el mar frente a la costa norte de Francia, informó la BBC.
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