Francia dice “no” al mindfulness en la enseñanza pública: éstas son sus razones

Una práctica que puede llevar a la pérdida del espíritu crítico y al sometimiento de los niños

Cada vez más esferas de la vida cotidiana están siendo alcanzadas por la práctica del mindfulness (meditación de atención plena), que se presenta con el objetivo de “vivir aquí y ahora de manera consciente y sin juzgar la realidad”, como explica Vicente Jara, investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), en un completo artículo en Aleteia.

Desde hace varias semanas, sin ir más lejos, los medios de comunicación de España y de otros países han mostrado cómo se introduce el mindfulness en el sistema sanitario –para ayudar a los enfermos y, sobre todo, a los profesionales de la salud– y en el mundo de la educación, algo que preocupa a muchas familias, organizaciones y docentes.

Una controversia en Francia

En estos últimos meses, Francia ha sido el escenario de una polémica en torno, precisamente, a la entrada del mindfulness (en este país no se emplea el anglicismo, sino la expresión “méditation de pleine conscience”) en las aulas de la enseñanza pública. 

La Liga por los Derechos Humanos (LDH) es una de las entidades que más han expresado públicamente su oposición a lo que han denominado “la entrada del mindfulness por la puerta de atrás en nuestras escuelas”. En junio de 2021, a través de su sección dedicada al fenómeno sectario, la LDH alertó sobre un gran proyecto experimental dirigido por un diputado nacional.

La preocupación por este tema continuó creciendo en la sociedad francesa, y en enero de 2022 fueron varias las asociaciones de padres de alumnos, sindicatos y entidades dedicadas al sectarismo las que se dirigieron al ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, reclamando su atención.

¿Qué tiene de malo el mindfulness?

En su carta abierta del pasado 18 de enero, las diversas agrupaciones se refieren a este tipo de meditación como una práctica “propuesta por un lobby esotérico” con “riesgos para los niños”. 

Afirman que tras la queja de junio se abandonó el gran proyecto de introducción del mindfulness en los colegios, pero que en este curso escolar 2021/22 ha reaparecido “de forma disfrazada” a través de “talleres de relajación, ejercicios de respiración, meditación, escaneo corporal, por iniciativa de los mismos impulsores”.

Detrás de estas actividades hay un entramado muy bien organizado, ya que “su promoción y financiación en todo el mundo se deben al think-tank esotérico estadounidense Mind and Life Institute, un consorcio que agrupa movimientos muy controvertidos, como la Antroposofía”.

No sólo eso: el inventor del mindfulness, John Kabat-Zinn, “es también uno de los actuales líderes del Instituto Esalen, una importante sucursal de la New Age, matriz de numerosas psico-sectas que inundan el planeta tras los años 70”.

Alerta por el riesgo sectario

La presencia en Francia es importante, pues, según los firmantes de la misiva, el organismo Initiative Mindfulness France habría alcanzado ya al menos a 23.000 niños en 425 centros educativos, tanto públicos como privados, sin supervisión por parte de las autoridades públicas y sin el conocimiento real de los padres de los alumnos.

Algo que suma más preocupación es que el organismo gubernamental dedicado a las sectas, la MIVILUDES (Mission interministérielle de vigilance et de lutte contre les dérives sectaires), informa de que entre los años 2018 y 2020 ha recibido 12 informes de problemas relacionados con el mindfulness y los menores de edad.

La LDH y las demás organizaciones señalan con claridad: “la práctica con niños de un método que puede conducir a un condicionamiento con pérdida del espíritu crítico y sometimiento del individuo genera, por tanto, riesgos significativos que no pueden pasarse por alto”. 

Por ello, reiteran que debe rechazarse “la entrada de un grupo de influencia esotérica de lo más dudoso en la educación nacional, y de una técnica, el mindfulness, con consecuencias inciertas y potencialmente peligrosas en el desarrollo psíquico de los niños”.

Finalmente, la respuesta del ministro

Le Figaro ha sido el único diario francés que ha revelado, el pasado 4 de febrero, el desenlace –al menos por el momento– de esta controversia. Según informa Caroline Beyer en el rotativo, basándose en fuentes oficiales, la respuesta del Ministerio de Educación ha sido: “no” al mindfulness.

“El Ministerio no fomenta su práctica, ni establece ningún tipo de experimentación” en esta materia, aunque reconoce que estas prácticas de meditación de origen budista se han desarrollado en los centros educativos “desde hace varios años” y “sin que se fije un marco”, “con intervenciones cada vez más numerosas, pero también por parte de asociaciones dispares”.

En las declaraciones del Ministerio a Le Figaro se puede observar que no se prohíbe el mindfulness en las escuelas, pero se explica que habrá “controles sistemáticos” para garantizar “la neutralidad política y filosófica” de los instructores de meditación, ya que “pueden ejercer fácilmente una fuerte influencia” sobre los niños.

Porque la LDH lo tiene claro: lo que ha sucedido hasta ahora es la introducción “cuasi oficial” en las escuelas de “un enfoque de esencia budista, curiosamente presentado como secular”.

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