Llega a las salas de cine españolas el luminoso drama Petra de San José, dirigido por el sólido cineasta Pablo Moreno, escrita por los solventes Andrés Garrigó y Pedro Delgado, gestionado por la veterana Goya Producciones y distribuido por la exitosa European Dreams Factory con el apoyo promocional de Bosco Films.
En esencia, el trabajo fílmico narra la historia de Ana Josefa -beatificada por el Papa Juan Pablo II el 16 de octubre de 1994-, una joven valiente y piadosa nacida en el valle de Abdalajís, en Málaga. Está ilusionada, a punto de comprometerse en matrimonio. Pero tiene sentimientos encontrados y halla su vocación definitiva en el auxilio a los más desamparados. Así que lo dejará todo para iniciar una vida de oración, penitencia y caridad, y fundar después la Congregación de Madres de Desamparados y San José de la Montaña.
Un camino, por cierto, nada fácil, sujeto a los convencionalismos sociales del siglo XIX. Por otro lado, y entrelazada con la historia del misterioso robo de los restos de Petra durante el inicio de la guerra civil española, Petra de San José también incide en las vivencias de la joven junto a las de otras mujeres decididas a seguir sus pasos. Ellas supieron ver a Cristo en los pobres, a pesar del rechazo y la calumnia de sus más allegados.
El director de cine Pablo Moreno cada vez lo hace mejor. Petra de San José (2021) es su novena película para cine y el buen oficio se nota. En él se reconocen las fuentes religiosas con las que ha ido construyendo su filmografía. A un dios prohibido (2013), que fue su primer largometraje de gran éxito a todos los niveles, le precedieron Pablo de Tarso: El último viaje (2010) y el cortometraje Alba (2012).
Después ha sido un no parar de historias más elaboradas y con mejores acabados formales, con hombres y mujeres fuertes, de gran componente teológico, por lo que podemos apuntar que es uno de los más jóvenes realizadores que a sus 38 años, y sin remilgo alguno, se adentra en la entraña de la fe y dota a sus historias de un relieve muy identificable, en el que ya se aprecia un estilo propio. Así lo demuestran Luz de Soledad y Poveda, rodadas en 2006; Fátima, el último misterio y Red de Libertad en 2007; Claret en 2020 y Tierra Santa. El último peregrino en 2021.
De esta manera, es fácil deducir que se rodea de los mejores. En la ocasión que nos ocupa, Petra de San José, Moreno ha contado con un gran equipo de guionistas y de un eficaz equipo técnico que potencia al máximo su factura visual. De esta manera logra una elocuente atmósfera, muy bien ambientada desde su puesta en escena, así como un afinado retrato de la época de los años cincuenta o el arranque de la guerra civil española, donde el diseño de vestuario servido adquiere gran protagonismo. Por no hablar del sabio ejercicio de montaje exhibido y de la sutil y sugerente banda sonora, que subraya momentos esenciales de la aventura.
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Narrada en varias líneas temporales -subtrama fundamental en el episodio de la guerra civil- en todo momento Petra de San José se desarrolla cronológicamente y resulta un filme elegante y modesto, respetuoso con todos los conflictos que acaecen -anticlericalismo y prejuicios bien tratados- con personajes creíbles y bien definidos -alejados de los estereotipos al uso-, que les confieren cercanía y empatía con el espectador. Petra de San José siempre sabe bien dónde se dirige y cuáles son sus fines.
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Además, también detectamos en Moreno sus virtudes como narrador. Más allá de su estructura circular y de su buen cierre, Petra de San José llama la atención por su sencillez expositiva, por la manera que tiene de enfocar cada acontecimiento histórico a través de la mirada íntima que transmite Marian Arahuetes, la actriz que da vida a Ana, el personaje principal al que encarna en su juventud. Olga Mansilla da otra gran lección de interpretación al ponerse en la piel del mismo personaje en su ancianidad. Desde el punto de vista de ambas, el espectador seguirá con atención la historia, ayudado por el buen elenco con que cuenta la cinta, donde se aprecian, entre otros, rostros populares como el de Assumpta Serna, Pablo Viña, Emilio Linder o Luisa Gavasa.
Otro de los aspectos llamativos de Petra de San José tiene que ver con la vocación cristiana, con el modo con que Dios quiere que se haga su voluntad para bien de todas las almas, aunque eso paralice a Ana al principio y suponga un choque frontal con el estilo de sofisticación familiar donde está integrada, aunque esté en línea con la vida y costumbres cristianas. Además, Petra de San José también retrata con personalidad los asuntos en torno a los matrimonios concertados, los celos, las envidias y el mal moral que se instala en aquellas personas que no están contentas nunca consigo mismas.
Llama la atención, por cierto, que hasta ahora nadie se haya detenido a poner en valor una figura tan fundamental en la Historia. ¿Para cuándo un espíritu más crítico sobre el asunto? Sabemos que el cine religioso vende. Y ahora tenemos una ocasión de oro para disfrutarlo con Petra de San José, una película imprescindible en manos de un artesano del séptimo arte que toca el corazón. Vosotros tenéis la palabra. ¿Y si también “tú serás para mí”?
Web de la película: https://www.petradesanjose.com/
José Luis Panero
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