El comunicado en italiano se publicó con el fin responder a las críticas sobre la aprobación de los nuevos estatutos y programas de estudios de la institución. Sin embargo, un importante miembro de la facultad consultado por ACI Prensa señaló que las explicaciones no abordan la imagen completa de los problemas en el instituto teológico.
El jueves 25 de julio el Instituto dio a conocer los cambios en el programa formativo, que incluyó la expulsión de dos profesores: los expertos en Moral Fundamental, Mons. Livio Melina y el P. José Noriega.
También se anunció que la cátedra de Teología Moral Fundamental será eliminada en el Instituto.
El cambio se produce dos años después de que el Papa Francisco anunciara que restablecería la escuela, ampliando su campo en teología para incluir la “ciencia de la familia”. El Santo Padre pidió entonces que se desarrollaran nuevos estatutos para la escuela, que fue legalmente reconstituida en 2017.
Las contrataciones y el desarrollo del currículo, son potestades que ahora estarán bajo el control de la oficina del Gran Canciller, el Arzobispo Paglia. Los profesores ya no participarán en la búsqueda de nuevos miembros de la facultad y solo será posible detener una contratación con el voto de dos tercios de los docentes.
El comunicado señala que los “estatutos aprobados regulan con precisión los roles de las diversas autoridades académicas, comenzando con el Gran Canciller a quien se le confían deberes precisos, como lo indica la Veritatis Gaudium. La noticia sobre una centralización del poder en manos de este último es, por lo tanto, falsa. Por ejemplo, a diferencia de lo que sucedió en el pasado, la designación de nuevos maestros permanentes debe realizarse a través de una competencia pública”.
Pero según el profesor entrevistado por ACI Prensa, el Gran Canciller hace uso de un complejo sistema de normas para controlar todos los nombramientos de docentes sin ningún contrapeso académico.
“Un análisis de los estatutos muestra que es verdad la concentración de poder en manos del Gran Canciller. En primer lugar, ahora él nombra directamente al presidente. No tiene por qué ser nadie del instituto. No se le propone ninguna terna. Sobre la contratación de profesores, es verdad que hay concurso, pero la terna es nombrada: uno por el Gran Canciller; otro por el presidente (que ha sido nombrado por el Gran Canciller); solo el tercero por el consejo, pero únicamente por profesores estables”, dijo el profesor.
“Ahora bien, -prosigue el catedrático- el consejo está formado por: presidente, vicepresidente (que nombra el presidente) y dos profesores estables elegidos entre el resto. Si se supone el voto de calidad del presidente, toda la terna está nombrada por el Gran Canciller. El consejo puede negarse a aceptar al candidato, pero necesita dos tercios de los votos. Si son cuatro, y uno es el presidente y otro el vicepresidente, ambos dependientes del Gran Canciller, es matemáticamente imposible (no digo solo improbable) que se pueda rechazar al candidato elegido por el Gran Canciller. Basta elegir una terna ideológicamente afín”.
El crítico sostuvo que “antes, sin embargo, se examinaba el candidato con una comisión nombrada por el consejo, y el consejo tenía que aprobar al candidato. El candidato lo proponía el presidente, no el Gran Canciller, que era figura de vigilancia. Otro ejemplo: antes, el Gran Canciller, como figura de vigilancia, no pertenecía al consejo del Instituto, ahora pertenece”.
En otra parte, el comunicado del instituto indica que la mayoría de los docentes que venían enseñando en el Instituto serán recontratados; pero explicaron que tuvieron que reconocer “la imposibilidad del profesor Noriega para ocupar el papel de maestro permanente al ser superior general de una orden religiosa”.
El P. Noriega es el superior general de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María, una comunidad religiosa española de 24 miembros profesos. El comunicado de prensa decía que el P. Noriega no podía continuar en la facultad debido a una disposición en el derecho canónico que prohíbe ocupar dos cargos eclesiásticos que son “incompatibles”.
El mandato del P. Noriega como superior general termina en enero de 2020. Sirvió en ese puesto durante 12 años.
El profesor aseguró a ACI Prensa que durante sus años como superior, incluidos tres años bajo la administración actual del Instituto, nadie le había planteado el problema.
El P. Noriega también dijo que no hay pruebas de que su posición en la facultad sea "incompatible" con una posición de liderazgo en su comunidad religiosa. Señaló que durante el tiempo que ocupó ambos cargos, también se desempeñó como director editorial del Instituto.
El comunicado del instituto prosigue indicando que el otro profesor, Mons. Silvio Melina, ya no ocuparía un puesto permanente en la facultad porque la cátedra de teología moral “ya no existe”.
Sin embargo, el experto consultado por ACI Prensa señaló que “el curso de moral fundamental fue eliminado para sacar a Melina” y no al revés. Melina es un conocido defensor de la encíclica Veritatis Splendor del San Juan Pablo II.
“En cualquier legislación de un país civilizado estaríamos ante una ilegalidad clara: Se ha hecho esto para eliminar a un profesor de fama reconocida, sin juicio, sin darle derecho a defensa, solo porque su papel ha sido clave en la enseñanza de Veritatis Splendor”, aseguró.
En otro momento, el instituto califica de “rumores sin fundamento” la eliminación de la Cátedra Karol Wojtyla y la remoción de su director, el profesor Grygel.
Sin embargo, el profesor del instituto afirma que, si bien el punto anterior es verdadero, hay que tener en cuenta que esa “cátedra es una dotación de un benefactor del instituto que quería estudiar a Wojtyla”, y, por tanto, despedir “a Grygiel podría suponer que se retire el dinero por parte del benefactor”.
“Hay algo que no dicen: es cierto que a Grygiel se le ha comunicado que no enseñará los cursos en el instituto que normalmente enseñaba, entre ellos un curso introductorio a la visión del instituto, que daban Grygiel-Melina-Sequeri, y que ahora presumiblemente dará solo Sequeri. Por tanto, su presencia regular entre los estudiantes ya no se dará, se limitará al único evento anual que organizaba la cátedra a finales de diciembre”, acotó el sacerdote.
En otro punto del comunicado de prensa del 29 de julio, se reconoció que, si bien la cátedra de teología moral fundamental ya no existirá, los cambios realizados en el plan de estudios del instituto están destinados a garantizar que la “doctrina moral del matrimonio y la familia” y la “ética teológica de la vida” sigan formando parte de los cursos del instituto.
La teología moral fundamental ya se requiere en el “primer ciclo” de estudios teológicos requeridos para la admisión a los programas de posgrado del Instituto, dijo el comunicado de prensa, explicando la razón de su eliminación.
Sin embargo, el profesor explicó que la importancia de la teología moral fundamental “ha sido una parte antigua de la identidad de la escuela”, y que otras materias también cubiertas en el primer ciclo, como la antropología cristiana, “siguen siendo parte de la malla curricular del instituto”.
El profesor, al señalar que la Encíclica Humanae Vitae no se menciona expresamente en los nuevos estatutos del Instituto, dijo que la cátedra de teología moral fundamental de la escuela se estableció en los inicios del instituto, ante la insistencia del fundador, el Papa San Juan Pablo II.
“Es importante saber que, en los antiguos estatutos de 2011, basados en algunas palabras de Ratzinger sobre la contribución del Instituto a la teología moral fundamental, se incluyó una mención explícita de la teología moral fundamental”, agregó el profesor.
La declaración del 29 de julio también cuestionó la existencia de una carta firmada por más de 150 estudiantes expresando preocupación por la dirección de la escuela. La declaración decía que solo unos pocos representantes de los estudiantes habían firmado la carta, que “pedía explicaciones sobre las innovaciones que estaban teniendo lugar”.
“Todos los estudiantes fueron informados con prontitud de las noticias y tranquilizados, de conformidad con el art. 89 de los estatutos, sobre la validez de tres años del antiguo currículum. Todos tendrán la oportunidad de elegir entre sistemas antiguos y nuevos y de redactar cualquier nuevo plan de estudio”, dice el comunicado.
El profesor del instituto indicó que, si bien la casa de estudios les dijo a los estudiantes que pueden continuar con su plan de estudios preferido, los cambios en las ofertas de cursos harán que sea imposible para aquellos estudiantes que deseen continuar con los cursos tradicionales del instituto.
Uno de los autores de la carta explicó a ACI Prensa que hasta la fecha, 246 estudiantes y ex alumnos han sumado sus firmas a la carta a través de un sitio web creado para este propósito. Los estudiantes dicen que tienen la intención de publicar la carta en los próximos días.
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