Durante el rezo del Ángelus de este domingo, el Santo Padre reflexionó sobre la narración bíblica del Evangelio de San Lucas en donde se describen las circunstancias en las cuales Jesús enseñó la oración del Padre Nuestro.
“Los discípulos, ya saben orar, recitando las fórmulas de la tradición judía, pero desean poder vivir también ellos la misma ‘calidad’ de la oración de Jesús”, explicó el Papa.
En esta línea, el Pontífice destacó que la narración del Evangelio de este domingo que se encuentra en el capítulo 11 de San Lucas relata cómo los discípulos “pueden constatar que la oración es una dimensión esencial en la vida de su Maestro, de hecho, toda su acción importante está caracterizada por las pausas prolongadas de oración”, afirmó.
Además, el Papa Francisco señaló que los discípulos de Cristo “se quedan fascinados porque ven que Él no reza como los otros maestros de aquel tiempo, sino que su oración es un vínculo íntimo con el Padre, tanto que desean ser partícipes de estos momentos de unión con Dios, para saborear completamente su dulzura”.
Así, el Santo Padre recordó que la Biblia describe un día en que los discípulos “esperan que Jesús finalice la oración, en un lugar apartado, y después le piden: ‘Señor, enséñanos a rezar’ -y añadió- respondiendo a la pregunta explícita de los discípulos, Jesús no da una definición abstracta de la oración, ni tampoco enseña una técnica eficaz para rezar y ‘obtener’ algo”.
Novedad de la oraciónEn cambio, el Papa explicó que Jesucristo “invita a los suyos a hacer experiencia de oración, poniéndose en comunicación directamente con el Padre, suscitando en ellos una nostalgia por una relación personal con Dios, con el Padre”.
“¡Aquí está la novedad de la oración cristiana! Es un diálogo entre personas que se aman, un diálogo basado en la confianza, sostenido por la escucha y abierto al compromiso solidario. Es un diálogo del Hijo con el Padre, un diálogo entre hijos y Padre. Esta es la oración cristiana”, exclamó el Papa.
De este modo, Francisco dijo que, por lo tanto, Jesús entrega a los discípulos la oración del Padre Nuestro que es “quizá el don más valioso que ha dejado el divino Maestro en su misión terrenal” porque “después de haber revelado su ministerio de Hijo y de hermano, con aquella oración Jesús nos hace entrar en la paternidad de Dios”.
“Quiero subrayar esto: cuando Jesús nos enseña el Padre Nuestro nos hace entrar en la paternidad de Dios y nos indica el mondo para entrar en diálogo orante y directo con Él, a través del camino e la confianza filial”, improvisó el Santo Padre.
En este sentido, el Papa Francisco remarcó que esta oración cristiana es “un diálogo entre el papá y su hijo, del hijo con el papá” y aseguró que “lo que pedimos en el Padre Nuestro ya ha sido realizado con nosotros en el Hijo Unigénito: la santificación del Nombre, la venida del Reino, el don de la paz, del perdón y de la liberación del mal”.
Por ello, Francisco señaló que “mientras pedimos, abrimos la mano para recibir. Recibir los dones que el Padre nos ha hecho ver en el Hijo. La oración que nos ha enseñado el Señor es la síntesis de toda oración, y nosotros la dirigimos al Padre siempre en comunión con los hermanos”, dijo.
Asimismo, el Papa reconoció que “a veces sucede que en la oración hay distracciones, pero tantas veces sentimos el deseo de detenernos en la primera palabra: ‘Padre’ y sentir aquella paternidad en el corazón”.
Después, el Pontífice añadió que “Jesús relata la parábola del amigo inoportuno” en la que Jesús dice: es necesario insistir en la oración”. Por eso, confió que a él le viene a la mente el período en que los niños -alrededor de los tres años, tres años y medio- comienzan a preguntar sobre las cosas que no entienden”.
“En mi tierra se llama ‘la edad del por qué’, creo que también aquí sea lo mismo. Los niños comienzan a mirar al papá y dicen: ‘Papá, ¿Por qué?, Papa ¿Por qué?’ Piden explicaciones”, por lo que el Santo Padre animó a estar atentos.
“Cuando el papá comienza a explicar el por qué, ellos comienzan con otra pregunta sin escuchar toda la explicación. ¿Qué sucede? Sucede que los niños se sienten inseguros por muchas cosas que comienzan a entender a la mitad. Quieren solamente atraer la mirada de su papá y por esto preguntan: ‘¿Por qué, por qué, por qué?’ -y añadió el Papa- Nosotros, en el Padre Nuestro, si nos detenemos en la primera palabra, haremos lo mismo de cuando éramos pequeños, atraer la mirada del padre hacia nosotros”.
De este modo, el Santo Padre animó a decir “Padre, Padre” y también a preguntar: “¿Por qué?” y aseguró que, de este modo, “Él nos mirará”.
“Pidamos a María, mujer orante, que nos ayude a rezar el Padre Nuestro unidos a Jesús para vivir el Evangelio, guiados por el Espíritu Santo”, concluyó el Papa antes de dirigir el rezo del Ángelus.
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