Un gesto que dice mucho acerca de cuántos musulmanes son caritativos, y están dispuestos a arriesgar sus vidas para salvar las de los cristianos, a pesar de la furia asesina de los extremistas musulmanes radicales.
La historia
Un grupo de pastores musulmanes armados ataca la aldea de Nghar, en Nigeria. El país africano está siendo víctima de la persecución anticristiana de grupos de radicales islámicos cercanos a Al Qaeda, que quieren expulsarlos de los territorios del norte del país, donde la mayoría de la población es musulmana.
Ese día, tan pronto como terminaron sus oraciones del mediodía, el imán de la pequeña comunidad, Abubakar Abdullah, escuchó los disparos y salió de la casa: comprobó que se estaba produciendo una verdadera cacería de cristianos. Inmediatamente el hombre comienza a llamarlos y en pocos minutos esconde hasta 262 en la mezquita y en su casa.
Luego, sale con las manos desnudas frente a los agresores y les prohíbe entrar en la mezquita, ofreciéndose a sí mismo en lugar de los cristianos como sacrificio. Nadie se atreve a entrar a la mezquita, y aunque 84 cristianos fueron asesinados ese día en las calles de la ciudad, la cifra hubiera sido más alta sin el valiente imán (www.ilsussidiario.net, junio de 2019)
La masacre y la escolta
La situación de los cristianos en Nigeria es muy complicada. Una nueva masacre tuvo lugar el pasado 17 de junio en dos estados diferentes de Nigeria. Cientos de musulmanes de etnia fulani armados asaltaron varias aldeas, mataron a 13 cristianos, incluidos tres niños, arrasaron cientos de casas e incendiaron al menos dos iglesias.
“Todas las casas fueron quemadas y saqueadas, los campos se convirtieron en humo y los habitantes se dispersaron”, dijo un testigo a Morning Star News (17 de junio), que contó 93 casas quemadas. Se destruyó toda la cosecha (www.tempi.it, junio de 2019).
Después de estos ataques terroristas, para ir a misa, los cristianos se ven obligados a ir acompañados por una escolta, como se muestra en el siguiente video (www.ceinews.it, 23 de julio).
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