La información proviene del Centro Nacional de Estadísticas de Educación de Estados Unidos y en ella se pone de manifiesto que existe un aumento imparable del ciberacoso, tanto en línea o por mensajes de texto, a las y los menores en el país del norte.
Poco a poco las escuelas primarias y secundarias comienzan a tomar medidas en contra de los alumnos que practican el ciberacoso, incluyendo la suspensión o la expulsión del plantel educativo, impulsadas por leyes que se han aprobado en diversos estados como Texas y California.
Rumores, amenazas, burlas, ataques
Según una nota de la agencia de información AP, la encuesta mostró que alrededor de 20 por ciento o uno de cada cinco estudiantes, dijo haber sido intimidado, desde rumores o exclusión hasta amenazas y ataques físicos en el año escolar 2016-17.
Eso no ha cambiado desde la encuesta anterior realizada en 2014-15; pero en ese lapso de dos años, los informes de acoso cibernético aumentaron significativamente, de 11.5 a 15.3 por ciento, dice la nota de AP.
Desglosado por sexo, continúa diciendo la nota, 21 por ciento de las niñas en la escuela intermedia y secundaria informaron haber sido intimidadas en línea o por mensaje de texto en el año escolar 2016-17, en comparación con menos de 7 por ciento de los niños.
Eso es superior a la encuesta anterior en 2014-15, la primera vez que se recopilaron datos de acoso cibernético específicamente. En aquel entonces, aproximadamente 16 por ciento de las niñas entre 12 y 18 años dijeron que fueron intimidadas en línea, en comparación con 6 por ciento de los niños.
Concurso de “likes”
La encuesta no aborda quiénes son los agresores, aunque es más probable que las niñas noten que sus abusadores tienen la capacidad de influir en los demás. En el caso de las niñas, nueve de cada diez que sufren ciberacoso son víctimas de otras niñas.
Y una de las principales “causas” de la agresión es la burla por no tener suficientes “likes” (“me gusta”) en lo que publican o carecían de seguidores (“followers”). Las niñas son excluidas del grupo por ser “losers” (“perdedoras”).
Sin embargo, los expertos consideran que ni las escuelas ni las compañías como Tweeter, Facebook o Instagram tienen, en la actualidad, las herramientas necesarias y suficientes para detener el ciberacoso.
Se trata, desde luego, de un problema gravísimo al cual todavía no se le da una respuesta adecuada. Reflejo de una sociedad obsesionada con la imagen; obsesionada con el reconocimiento y rota por la falta de raíces que se ceba con las niñas y los niños indefensos ante el hostigamiento de quienes tienen más seguidores o “likes”.
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