Será una Navidad atípica pero más pura y llena de ternura. Ideas para compartir en familia y estar junto con nuestros seres queridos pese a la distancia social.
Esta Navidad será diferente, atípica. Seguramente distará mucho de la Navidad que hasta ahora hemos vivido. Sin grandes reuniones, ni grandes banquetes, tal vez con menos regalos materiales y mucho menos movimiento en las calles. Lo más duro para muchos será no estar con la familia.
Es la Navidad de la pandemia. La situación marcada por la Covid-19 hace que los gobiernos nos pidan responsabilidad, que nos cuidemos entre todos y así evitar aumentar contagios y más muertes.
Durante estas fiestas en la mayoría de los lugares no podremos hacer reuniones de más de 6-10 personas. Lo celebraremos con quienes convivimos, y tal vez con alguien de nuestra familia más allegada. Serán muchos los abuelos que no vean a sus nietos ni por Navidad. Otros muchos padres que no podrán abrazar a sus hijos, que no pueden volver a casa por Navidad por haberse restringido la movilidad.
Procuraremos respetar las medidas de prevención marcadas por las autoridades sanitarias. Si es posible, la celebración se hará al aire libre o con ventanas abiertas. Nos lavaremos con frecuencia las manos, usaremos tapabocas (mascarilla) y gel hidroalcólico y buscaremos mantener en lo posible la distancia social.
Entonces, ¿habrá Navidad?
Con todas estas restricciones ¿significa que no habrá Navidad? Por supuesto que no, este año tan especial estamos invitados a vivir este tiempo con austeridad, prudencia y responsabilidad, y a dar valor a lo que es verdaderamente importante para nosotros.
Será una Navidad donde recuperaremos el espíritu cristiano. Es el momento de dejar de pensar en nosotros para pensar en lo que podemos hacer por el otro. Y este tiempo nos invita especialmente a cuidar al otro estando lejos.
Aunque no estés con la familia, estás, estamos, en el tiempo ideal para poner en marcha la revolución de la ternura que tanto menciona el papa Francisco en sus homilías. Un momento para dar amor, protege y regalar nuestro cariño de una manera diferente, usando nuestra imaginación.
Claro que habrá Navidad
El siguiente poema del párroco navarro Javier Leoz, titulado ¿Que no habrá Navidad? explica claramente cómo viviremos esta Navidad tan especial.
¿Qué no habrá Navidad?¡Claro que sí!Más silenciosa y con más profundidadmás parecida a la primera en la que Jesús nació en soledad.Sin muchas luces en la tierrapero con la de la estrella de Beléndestellando rutas de vida en su inmensidadSin cortejos reales colosalespero con la humildad de sentirnospastores y zagales buscando la Verdad.Sin grandes mesas y con amargas ausenciaspero con la presencia de un Dios que todo lo llenará¿QUE NO HABRÁ NAVIDAD?¡Claro que sí!Sin las calles a rebosarpero con el corazón enardecidopor el que está por llegarSin ruidos ni verbenas,reclamos ni estampidas…pero viviendo el Misterio sin miedoal «covid-herodes» que pretendequitarnos hasta el sueño de esperar.Habrá Navidad porque DIOS está de nuestro ladoy comparte, como Cristo lo hizo en un pesebre,nuestra pobreza, prueba, llanto, angustia y orfandad.Habrá Navidad porque necesitamosuna luz divina en medio de tanta oscuridad.Covid-19 nunca podrá llegar al corazón ni al almade los que en el cielo ponen su esperanza y su alto ideal¡HABRÁ NAVIDAD!¡CANTAREMOS VILLANCICOS!¡DIOS NACERÁ Y NOS TRAERÁ LIBERTAD!
Ideas para compartir y estar junto con nuestros seres queridos desde la distancia
El santo padre se mostró convencido de que “estas navidades serán más purificadas”, y además que estarán un poco más alejadas de “la cultura del consumismo que desfiguró bastante la Navidad”.
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Como dice el poema no habrá grandes reuniones, y no se trata de no celebrar, sino de celebrar de una manera diferente a lo que estamos acostumbrados, celebrar el nacimiento del niño Jesús más consciente de lo que significa, que no son solo los regalos.
Al no estar con la familia, esta Navidad será “más silenciosa y con más profundidad, más parecida a la primera en la que Jesús nació en soledad”.
No podremos juntarnos toda la familia en las cenas y comidas de Navidad, pero si acercarnos a nuestros seres queridos de otro modo, por ejemplo, escuchando su voz al teléfono o utilizando la tecnología que disponemos en estos tiempos para reencontrarnos en tiempo real por medio de videollamada.
Especialmente para los niños es una época de mucha ilusión, de esperar a San Nicolás sí les trae algún obsequio, es tiempo para jugar y de estar en familia, de comer todos juntos… por eso es tan importante, pese a las medidas restrictivas, preservar el espíritu de la Navidad de los más pequeños, ¡y de los mayores!
Debemos cuidar a los que más queremos y buscar alternativas buscando todo aquello que sí podemos llevar a cabo.
Esta Navidad hagamos una revolución de ternura a través de distintos gestos de cariño, que tanto hace falta, cada uno de la manera que pueda para acercarnos a los que queremos y para llenar de esperanza los corazones, con la certeza de que todo pasara y Dios nos acompaña siempre en el camino.
La tradición familiar
Para sentir a la familia cerca puede ser bonito buscar la manera en la que se puedan mantener las costumbres navideñas. Cada familia tiene una tradición navideña diferente, por ejemplo, las comidas son especiales, algunas eligen para comer pavo, otras prefieren el cordero, ensaladas, y mucho más. Por lo tanto, una idea para no romper con las tradiciones este año puede ser la de compartir el plato típico que suelen tomar en Navidad, aunque no vayan a comerlo juntos. El pavo, por ejemplo.
Puedes planear con anticipación la elaboración de turrones, panetones, galletitas o alguna otra preparación tradicional de la familia y hacérselas llegar a los abuelos, tíos, amigos haciéndoles un envió a su casa. ¡Será una sorpresa maravillosa!
Escribir una postal a un ser querido, una linda costumbre que actualmente se ha perdido por la facilidad de los medios de mensajería instantánea, pero que son lindos retomarlos en ocasiones especiales como esta y que además para los niños es toda novedad enviar una carta o postal por correspondencia.
Realizar con los chicos adornos navideños o hacerles un regalito especial para los abuelos o tíos y enviarlos por correspondencia, así en Navidad pueden para abrir juntos los obsequios a través de videollamada.
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Sacar provecho de las tecnologías de forma positiva, hoy podemos acercamos a nuestros seres queridos gracias a estos medios, puedes compartir a través de videollamada algunos momentos importantes, como por ejemplo la bendición de la mesa, si tienes niños cuando abren los regalos, el brindis, de este modo todos se sentirán un poco más cerca.
Habrá Navidad. Diferente, pero llena de esperanza, no estaremos con la familia pero tendremos el corazón enardecido porque Jesús nacerá en nuestros hogares.
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