Visible y profundamente mariano, preguntamos a Bullrich de su amor a María, de su relación con ella. “Trato de ser un buen hijo. De ofrecerle mi dolor, mi angustia, mi miedo. Yo trato, pero no siempre me sale. Ella en cambio siempre está dispuesta a recibirlos, y contenerme y abrazarme cómo la gran Madre que es”, nos explicó.
Esteban Bullrich había sido noticia hace pocas semanas cuando al retomarse la plena presencialidad en la Cámara Alta tomó su sitial, y fue aplaudido en un reconocimiento impulsado por sus adversarios políticos alabando su “fortaleza de espíritu”, como dijo el senador José Mayans. Los protocolos no permiten aplausos en ella, pero fue tan espontáneo como sincero que la propia presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, acompañó emocionada.
Preguntamos a Bullrich por sus sensaciones al conocer de cadenas de oración organizadas por personas que no conoce, incluso de partidos políticos opuestos al suyo, a lo que respondió que para él “somos seres espirituales». Agregó:
«No importa cuánto sea lo que nos diferencia, nuestra esencia es común. Y nuestro origen el mismo. Somos seres de Dios y a ese amor no le podemos escapar. Lo que nos divide siempre es nuestra humanidad, lo que nos une nuestra espiritualidad”.
El jueves había trascendido en medios de comunicación, y en numerosas cadenas de oración convocadas en redes sociales, que se le estaba instalado un botón gástrico para asistirlo en su alimentación ante los inconvenientes para la deglución. Pero pese a lo reciente del procedimiento, el sábado Bullrich no quiso faltar a una convocatoria lanzada hace semanas: #CAMINOALAVIRGENXESTEBAN. Se trataba de una invitación abierta de un grupo de oración que organizó una peregrinación al santuario de la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús, conocida como la Virgen del Cerro, en Salta, para pedir una gracia especial para Bullrich.
Participaron peregrinos que se sumaron en dos etapas, una iniciada el día anterior con 22 kilómetros, y el propio 30 de octubre con 14. Entre ellos, sus propios hijos.
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