La Divina Pastora de las Almas es una advocación mariana de origen español, que llegó a Venezuela en el siglo XVIII.
Las celebraciones reunieron a tres comunidades parroquiales y estuvieron encabezadas por una réplica de la imagen original de la Virgen, traída desde Barquisimeto, Venezuela.
En la madrugada del sábado 14 de enero, la imagen llegó a la parroquia Nuestra Señora de Caacupé, en el barrio de Caballito.
Al igual que en su natal Venezuela, donde ese mismo día millones de fieles participaron de los festejos, los venezolanos que viven en Buenos Aires se congregaron para honrar a la Virgen.
En Venezuela, el Obispo de San Felipe y Administrador Apostólico de Barquisimeto, Mons. Hugo Basabe, advirtió sobre “la precaria situación” que viven los venezolanos.
Asimismo, llamó a poner en la oración “a nuestra Venezuela herida, maltratada, traicionada y saqueada hasta más no poder”.
También se refirió a los “siete millones de hermanos venezolanos que se han visto forzados a migrar de nuestra tierra en búsqueda de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias”.
En especial, mencionó a quienes “son objetos del desprecio, la xenofobia, la trata y la esclavitud laboral”.
En Argentina, las parroquias han dado acogida a muchos venezolanos que forman parte de distintos apostolados y se integran a las comunidades.
Además, lograron tener en los templos espacios para entronizar y venerar allí a las imágenes de sus devociones marianas, como la Virgen de Chiquinquirá.
En la parroquia Nuestra Señora de Caacupé, del barrio de Caballito, el P. Emiliano Pierini, formador del Seminario Metropolitano de Buenos Aires, presidió la Eucaristía y se dirigió especialmente a los venezolanos.
“Estamos lejos, pero hoy nos sentimos visitados por la Virgen Divina Pastora”, expresó.
Además, dio a conocer una carta enviada por el administrador parroquial del Santuario de la Divina Pastora en Venezuela, P. Humberto Tirado Sandoval, entregada a quienes viajaron a buscar la imagen.
En su carta, el sacerdote valoró que la devoción se difunda fuera de Venezuela y agradeció que los fieles de su país “se encuentren como en su casa” en la parroquia de Buenos Aires.
Concelebró la Misa el P. Sante Cervellin de la congregación scalabriniana, que se dedica a al trabajo pastoral con migrantes.
Luego de la Eucaristía, la imagen de la Virgen partió en procesión por las calles, escoltada por los fieles.
En la esquina de Av. Díaz Vélez y Eleodoro Lobo, se encontró con otra imagen de la Divina Pastora, traída por unos 200 fieles desde la Basílica de Nuestra Señora de los Buenos Aires.
Ambos grupos de devotos caminaron juntos hasta la parroquia y santuario Nuestra Señora de los Dolores.
Allí, el P. Mariano Zordán, de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, presidió una Misa, concelebrada por el P. Pierini y el P. Cervellin.
Con el templo colmado, los festejos culminaron cerca de las 23:00 horas.
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